lunes, 13 de abril de 2015


Ricardo Yáñez
Tepoztécatl
Ese es su segundo nombre, que no usa, lo suple con una simple T. Quiere decir, me dice: Dios del pulque, “y luego mi familia me critica porque tomo. ¿Pa qué me pusieron así?”
Vive en Tlatelolco, en un departamentito que sólo es sala, cocina y baño, pero que está atestado de obra, un pequeño museo, donde hay un Bustos, un Rivera, una pintura de aquellas míticas de calendario, y no doy más datos, no se valdría.
No sabe quién es Lezama Lima, pero una frase que pareciera del cubano le conviene a su lugar: el reino de la imagen.
Ahora, son tantas las imágenes, y tan de calidad, que uno en realidad no ve nada. Le pregunté si no le daba miedo vivir ahí. No, me contestó tan tranquilo. A mí me asustaría.
Hay vírgenes de no sé qué siglo, una de ellas, raro, naciendo de un maguey. Hay una mujer desnuda de madera sobre una nube de madera, un San Judas con los ojos más piadosos que en efigie haya yo visto.
Me cuenta que en Tepoztlán, de donde es, tiene “una pirámide” y más obra y muchos libros, que le han querido comprar y no ha querido vender.
Creo que le gusta la moda. Mientras escribo esto y curioseo en su Facebook, leo: “Desde hoy dejo el alcohol.”

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