viernes, 28 de noviembre de 2014

Encima de todo, una puñalada transgénica
Elena Álvarez-Buylla*
E
n medio del luto que nos sacude a raíz de la tragedia de Ayotzinapa, sorprende la noticia de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha aprobado el libre consumo de 132 productos transgénicos, de los cuales 50 por ciento corresponde a maíz, el resto son de algodón, soya y canola, entre otros. Esto manifiesta entusiasta Alejandro Monteagudo Cuevas, director ejecutivo de AgroBio México, pues mantiene el negocio en lo que se aprueba la siembra de maíz transgénico, declaró recientemente.
Gracias a una acción colectiva se logró la suspensión de la liberación de maíz transgénico en México, con base en evidencias científicas sobre su impacto nocivo en el ambiente y la biodiversidad del maíz nativo. El futuro del maíz, ante retos de cambio climático y otros, depende de las variedades nativas mexicanas, producto del cuidado de los pueblos autóctonos y que hoy aún sustentan una parte importante de la producción nacional. La liberación de maíces transgénicos las amenaza de múltiples formas.
Parece que para compensar esta interrupción del negocio de productoras monopólicas de transgénicos, y a costa de la soberanía alimentaria y la salud de todos, el Estado aprueba el consumo de algunas más de sus líneas transgénicas. Este favor a las trasnacionales coincide con que en varios países de Europa, Asia y América rechazan los transgénicos. Es abundante la evidencia científica de los daños en la salud por su consumo, incluyendo los agrotóxicos que se usan en su cultivo.
A estudios hechos en animales se suman datos epidemiológicos en Paraguay, Argentina y Estados Unidos, país en el que la salud de sus habitantes se ha deteriorado aceleradamente en los últimos 20 años. El aumento de muertes a causa de varios tipos de cánceres, diabetes, daño renal o por alteraciones metabólicas, o incluso por enfermedades como Alzheimer, a partir de mediados de la década de 1990, es pavoroso. Esto ha sido publicado en las revistas de mayor reconocimiento científico. ¿Cuál es la causa de esta tendencia? Estudios recientes indican que el consumo de transgénicos y sus agrotóxicos asociados pudieran tener un papel causal. Los transgénicos se empezaron a liberar masivamente en Estados Unidos a principios de 1990. Uno de los componentes que más claramente se correlaciona con la tendencia es el glifosato, llamado Faena en México. Este herbicida se usaba desde aproximadamente 10 años antes de la liberación de los cultivos transgénicos en Estados Unidos, pero empezó a usarse masivamente en los transgénicos tolerantes al mismo. En Europa no se aprobó la siembra de transgénicos tolerantes a este agrotóxico y se evita su consumo. La correlación entre el aumento de la prevalencia de enfermedades y el uso de glifosato y/o el cultivo de soya y/o maíz transgénicos tolerantes al mismo es mayor a 90 por ciento en muchos de los casos a partir de mediados/finales de la década de 1990. Aunque una correlación no indica causalidad, el hecho de que la correlación sea tan alta para tantas enfermedades (22 estudiadas) indica que este herbicida es un agente causal.
Los estadunidenses están sujetos a contaminantes en agua, aire y comida, y al parecer el glifosato afecta sistemas corporales que lidian con ellos. A pesar de ello, el gobierno estadunidense sigue usando a su población de conejillos de indias, no ha aprobado el etiquetado de transgénicos, y tampoco prohíbe el uso del faena y otros agrotóxicos. Algunos expertos aluden a corrupción. Estos expertos insisten en que las instituciones públicas que regulan el uso de estas sustancias deberían aplicar el principio precautorio, más que esperar a que aparezcan los daños. Éstos y la permanencia de los tóxicos en el ambiente son difíciles de revertir; y ahora que se va conociendo la importancia de la herencia epigenética, es probable que la exposición a tóxicos afecte a las futuras generaciones, aun si los hijos y nietos de estas ya no estuvieran expuestos. En ausencia de corrupción, el faena nunca se hubiera aprobado para uso masivo y sería retirado del mercado. Además, la presencia y diseminación de los organismos transgénicos mismos, que implican una contaminación con vida propia e impactos impredecibles, será irreversible si no se para ya. Esto es particularmente importante para centros de origen y diversidad, como es el caso de México para el maíz. Ante los datos recientes en torno a los daños en salud por el cultivo y consumo de transgénicos, lo único aceptable es impedir que estos cultivos contaminen nuestro ambiente y alimentos. Su razón de ser es sólo el lucro; a 20 años de su liberación no han alimentado a un solo hambriento del mundo y tampoco han aumentado los rendimientos o disminuido el uso de tóxicos.
Por todo lo anterior, sorprende que el actual y los dos anteriores gobiernos de México sacrifiquen nuestra soberanía alimentaria y sanitaria, nuestro ambiente y alimento, así como nuestra salud, a cambio de oscuros acuerdos comerciales. Las evidencias científicas de los últimos años, que muestran una fuerte asociación entre el consumo de alimentos transgénicos y la exposición a glifosato con el aumento de la prevalencia de enfermedades tales como inflamación en el intestino, incidencia de ciertos tipos de cánceres, alteraciones renales y enfermedades neurodegenerativas (por ejemplo: Interdiscip Toxicol. 2013; Vol. 6(4): 159-184;http://www.uccs.mx/agricultura_ alimentacion/agrotoxicos/prensa/3/ correlacion-altisima-entre-el-uso-de-glifosato-asociado-a-transgenicos-tolerantes-a-este-agrotoxico-y-22-de-enfermedades) tendrían que ser suficientes para impedir que este tipo de agrotóxicos contaminen nuestros alimentos.
* Coordinadora de campañas, UCCS (más información en:www.uccs.mx ), e investigadora del Instituto de Ecología, UNAM
El aguacero empieza con una sola gota
Raúl Zibechi
L
as grandes y profundas crisis, esas que suceden de tanto en tanto pero son parteaguas, pueden crear movimientos antisistémicos de larga duración, o sea, movimientos que no se agoten en movilizaciones que, por numerosas que sean, son necesariamente efímeras. Los movimientos, por el contrario, perduran, no se desvanecen con el paso del tiempo, son capaces de trascender coyunturas y adoptan un empuje propio que los lleva mucho más lejos de lo que pueden las inercias del momento.
Las crisis profundas rompen las barreras y los tabiques construidos por los de arriba para separar en compartimentos estancos a los diversos abajos, como forma de impedir la convergencia de las rebeldías. Sólo durante las crisis se producen esos desbordes que ponen en contacto movimientos nacidos en distintos periodos, entre diversos sectores de la sociedad, en geografías variadas y en dolores heterogéneos que, en esos precisos momentos, se reconocen y abrazan.
El 15 de noviembre los familiares y compañeros de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa acudieron al caracolOventik para reunirse con el EZLN, como parte de las caravanas que recorren el país. En los momentos de mayor dolor, fueron en busca de sus iguales, donde encontraron escucha y respeto. Fuimos nosotros los que los buscamos porque conocemos su posición política y sus formas de trabajo, dijeron.
Siento que las palabras de la comandancia general en la voz delsubcomandante insurgente Moisésmerecen ser leídas cuidadosamente, porque nacen del corazón de uno de los más trascendentes movimientos contemporáneos. Resumen la sabiduría colectiva acumulada durante tres décadas por los rebeldes chiapanecos que, a su vez, encarnan cinco siglos de resistencias contra la dominación colonial y el más consistente empeño por crear un mundo nuevo.
Las palabras de la comandancia ya están siendo debatidas por colectivos en muchos lugares del mundo. Tres cuestiones me parece necesario destacar, aunque es seguro que los miles que las discutan encontrarán más y mejores argumentos en el texto zapatista.
El dolor y la rabia, convertidos en dignidad activa, crean los movimientos. Son el núcleo que echó a andar todo, dijo Moisés. Rabia, rebeldía y resistencia que contrastan con los debates sobre tácticas y estrategias, programas, métodos de lucha y, por supuesto, quién o quiénes dirigen. Esto es lo primero. Sin esto, no hay nada, por más elucubraciones teóricas que se ensayen, por más discursos y análisis racionales que se elaboren. Las rebeliones, las revoluciones, los grandes movimientos, nacen de la rabia, motor de todas las luchas y las dignidades colectivas.
Es la rabia organizada, hecha dignidad, la que impide que los rebeldes terminen vendiéndose o claudicando, en un mundo donde el cálculo racional dice que lo mejor es adaptarse a la realidad, acomodarse lo más arriba que se pueda, porque vencer a los poderosos es casi imposible. Es la rabia (bronca, decimos en el sur) lo que puede hacernos traspasar el umbral de lo imposible; no el programa ni el lúcido análisis académico que, en todo caso, sirven a la rabia, pero nunca la sustituyen.
La segunda cuestión a destacar son esos maravillosos y sabios párrafos donde se desgrana la propia historia: el abandono de 99 de cada 100 de los que se acercaron en los momentos de euforia, hasta quedar sólo uno, una, precondición indispensable para que suceda algo terrible y maravilloso: descubrir que hay millones como ese uno, una. Esto es sabiduría rebelde, esa que sólo se puede aprender viviéndola. Quien no se ha quedado solo, sola, no puede descubrirse en otros y otras, no puede seguir adelante contra viento y marea. Es la historia del zapatismo.
Es la historia de Olga Arédez, Madre de Plaza de Mayo, que durante años dio vueltas a la plaza, sola, reclamando la aparición con vida de su esposo, ante la indiferencia de sus vecinos de Ledesma, un pueblo acobardado por la familia propietaria del ingenio azucarero. Cuánta dignidad había en su frágil cuerpo para seguir, en soledad, dando vueltas y vueltas a la plaza, hasta horadar el miedo de sus vecinos. Gracias a su terca persistencia fueron juzgados los dueños del ingenio Ledesma, que habían provocado apagones durante los cuales el ejército desapareció a 400 militantes sociales y políticos. El oligarca Carlos Pedro Blaquier, dueño del ingenio, fue procesado.
La tercera es el tiempo. No será fácil, dice Moisés. No será rápido. Lo fácil y rápido es crear un partido electoral, como recomiendan colonialmente algunos académicos decoloniales. Es el modo para que las masas les abran el camino al poder, como dice el comunicado leído en Oventik. No hay magia capaz de convertir la rabia en votos sin volverla mercancía, objeto intercambiable por otros objetos en el mercado de la política institucional. Manifestaciones a cambio de sillones; organizaciones enteras que se negocian por cargos, y así.
Sólo el tiempo tiene la capacidad de sedimentar las cosas. De hacer que los sobrevivientes de un ciclo de luchas se conecten con los que están iniciando nuevos combates. La historia de los de abajo está plagada de rebeliones y revoluciones. En ellas aparecen personas y colectivos que persisten más allá del momento, los militantes. Entre ellos, y eso también nos lo enseña la historia, se reclutan a menudo los miembros de las nuevas élites o clases dominantes.
El desafío es que esos militantes no se vendan por un cargo ni bajen los brazos pero, también, que obedezcan al pueblo, que no se manden solos. Luego de un puñado de revoluciones triunfantes a lo largo de casi un siglo, este es un desafío mayor que seguimos enfrentando. De eso trata el texto de la comandancia. El zapatismo desafía laley de hierro de la oligarquía de Robert Michels, que aseguraba que siempre gobernará una minoría, que toda organización se vuelve oligárquica.
Eso explica, de paso, por qué los políticos de arriba los odian y por qué los de abajo que resisten los toman como referencia.
Dinero
 Peña Nieto con la industria de radio y televisión
 La OPEP decidió no recortar la producción
 Ahora sí: desatarán salario y multas
Enrique Galván Ochoa
D
espués de los sucesos amargos de los días recientes, el presidente Enrique Peña Nieto se reunió con un público que no escatimó el aplauso ni el elogio: los integrantes de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT). Ahí, el presidente del organismo, Tristán Canales, reiterósu lealtad incondicional a esta institución superior que es la Presidencia de la República y que hoy encabeza un mexicano patriota, valiente y ejemplar, con un compromiso a toda prueba con nuestro querido México.
La historia
La noticia de los 11 cadáveres decapitados hallados en Guerrero, sin embargo, operó en contra de la presentación de los 10 puntos que contiene el plan para enfrentar la violencia y la corrupción, en Palacio Nacional. De ese lugar Peña Nieto se trasladó a la reunión de la CIRT. Se le vio relajado y sonriente, sin los signos de preocupación de un presidente que esté pensando en renunciar. Salón repleto de comunicadores –muy pocos del llamado círculo rojo. Pasaron un documental sobre la historia de la radio y la televisión, desde la XEW hasta nuestros días. Cortos breves de conductores de programas de noticias y entretenimiento, y de telenovelas. Algunos asistentes se preguntaban si incluirían algún pasaje de La Gaviota,pero no, la excluyeron. En cambio, sí le dieron lugar a Nada personal yCuna de lobos.
No recortarán la producción
Los países que integran la OPEP –la organización de países exportadores de petróleo– adoptaron una decisión dividida: no bajarán el volumen de producción actual de 30 millones de barriles al día. Los países árabes del grupo del Golfo Pérsico entraron a la reunión de ayer en Viena con un preacuerdo: no limitar la producción, dejar que el mercado se estabilice por sí mismo. Tienen reservas de divisas enormes, pero Venezuela, Nigeria y otros no. La OPEP es un cártel. Y un cártel es un arreglo entre competidores para controlar los precios. Sus miembros son Argelia, Angola, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y dos países latinoamericanos: Ecuador y Venezuela.
El peso, el petróleo
Fue un golpe duro para los gobiernos que necesitan el ingreso petrolero para equilibrar sus presupuestos, como México, entre otros, aunque Rusia es el más afectado. Ayer fue Día de Acción de Gracias, Wall Street no abrió, pero aun así el petróleo West Texas sufrió otra caída a 69.05 dólares el barril. Seguramente empujará a la baja la mezcla de exportación de Pemex. El dólar libre se cotizó a 14 pesos con seis centavos a la venta. ¿Y la reforma energética a la que el PRI, con el apoyo de los chuchos del PRD y el PAN, entregó su mayor empeño los dos primeros años del sexenio a raíz del Pacto por México? Está haciendo agua. Serán menos las compañías privadas que quieran invertir en la exploración del petróleo si su precio permanece debajo de 80 dólares el barril.
Que siempre sí se puede
Adicionalmente al plan de legalidad y justicia, Peña anunció una serie de medidas enfocadas a la reducción de la pobreza, la marginación y la desigualdad. Conviene detenerse en una. Ofreció promover los cambios necesarios en las leyes para desvincular el salario mínimo del pago de multas y derechos, con la finalidad de elevarlo. Hace pocas semanas el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, había publicado una carta rechazando el aumento. Se hizo acompañar de los directivos de las organizaciones empresariales y los sindicatos charros.Y ahora, ¿van a publicar ooootra carta, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, y líderes charros como Francisco Hernández Juárez, el dueño del sindicato de telefonistas, diciendo que siempre sí? ¿Lo que sostuvieron como válido ya dejó de serlo? Vamos a ver si este otro compromiso de Peña Nieto no se atora en el camino. Y si el aumento es un aumentazo o sólo seis tortillas.
@Vox Populi
Asunto: El club de los chuchos
Hace tiempo que el PRD abandonó a la izquierda y a su gente. Cárdenas sólo abandonó ese abandono. Ahora el PRD no tiene obstáculos para convertirse en lo que al parecer es su máxima aspiración: ser digno sucesor del PPS, el PST o el PARM.
Mario Ruiz Sotelo/ profesor de la UNAM
R: De partido político el PRD pasó a ser un club controlado por loschuchos. Están felices, supongo. Ya se quedaron con el changarro para ellos solitos.
Asunto: La fábrica de pobres
La única fábrica que está funcionando a todo lo que da es la de pobres; esa la mantiene bien aceitadita el gran barón Claudio X.
Julio Mérigo
R: Así es. Con Pemex de capa caída y el turismo asustado por la violencia, el dinero que envían los paisanos a sus familias es la principal fuente de divisas.
Twitter
La volatilidad del peso frente al dólar y el crack petrolífero hacen pensar en un principio de año 2015 muy complicado en lo económico.
¿Por qué baja el petróleo y no baja la gasolina?
El primero de enero de 1993 se le quitaron tres ceros al peso mexicano; hoy una coca-cola costaría 6 mil pesos.
Twitter: @galvanochoa
FaceBook: galvanochoa
México SA
EPN: vueltas a la noria
Urgencias para después
¿Inseguro?: llame al 911
Carlos Fernández-Vega
C
on la creatividad que los caracteriza, el inquilino de Los Pinos y sus asesores metieron en la misma palangana añejas ofertas gubernamentales, olvidadas promesas de campaña, incumplidoscompromisos del Pacto por México, un ciento de pendientes y una buena dosis de cursilería. Batieron y batieron hasta alcanzar la mezcolanza esperada, y el amasijo fue presentado en sociedad como una novedosa estrategia para lograr un México en paz con justicia y desarrollo.
Cómo habrá salido el menjurje, que en la monárquica cumbre de ayer en Palacio Nacional lo más novedoso y creativo resultó ser la propuesta de EPN para que los mexicanos cuenten con un número (telefónico) único para pedir auxilio en casos de urgencia y poder acceder a otros servicios de ayuda y orientación, el cual –obvio es– no sería otro que la versión mexica del 911. Entonces, ¿cómo se alcanzará ese México en paz? Simple: a golpe de telefonazos.
Congregada ayer en Palacio Nacional, la crema y nata de la clase política nacional se dedicó a ovacionar al inquilino de Los Pinos por tan creativa propuesta, pero especialmente por no responsabilizarla por el hartazgo de la gente, por el descarado incumplimiento, la corrupción galopante y la connivencia con el crimen organizado. Porque, de acuerdo con su discurso, una fuerza extraterrestre municipal, y nadie más, es la causante de lo que sucede en el país, en el que se pasó de la inseguridad a la violencia y de ésta a la barbarie, como Ayotzinapa lo patentizó, por si alguien tuviera dudas.
Con la cara más dura que una piedra, esa crema y nata aplaudió a rabiar y se estremeció hasta las lágrimas como si nada tuvieran que ver en el deplorable estado en que se encuentra el país, e hicieron coro con el inquilino de Los Pinos cada que éste hablaba de indignaciónagravio profundoconmoción por los recientes acontecimientos,impunidadcastigocorrupción,delincuencia organizadaexigencia de justiciainfiltración del crimen organizado la sociedad que hoy alza su voz para decir: ¡ya basta!liberar a México de la criminalidadtodos somos Ayotzinapa, y así por el estilo.
Y una vez más los mexicanos se quedaron con las ganas de sentirse verdaderamente representados, de atestiguar acciones concretas con resultados inmediatos (que de eso se trata), porque la ruta trazada por el inquilino de Los Pinos es la de siempre: hacer más reformasburocráticas que, por involucrar modificaciones constitucionales, deberán pasar por el lerdo cuan torcido procedimiento del parlamento federal, y de este a los estatales bajo dominio de los gobernadores, aliados, uno sí y el otro también, con las distintas manifestaciones del crimen organizado (sea éste de cuello blanco o cuerno de chivo).
Sin importarle, la crema y nata de la clase política se manifestó, junto con el inquilino de Los Pinos, harta de sí misma, porque aplaudieron frases como México no puede seguir así,me sumo al clamor ciudadano que exige justicia (dicho por el mismo que está obligado a garantizarla e impartirla), no podemos continuar por esta ruta de desigualdad y divisiónno pueden quedar impunes estos actos de barbarie. Y de allí, con las manos recién lavadas, pasaron aldecálogo (los cambios de fondo, según dijo) que permitan mejorar la seguridad, la justicia y el estado de derecho en México.
Y así como descubrió que los violentos extraterrestres sólo se instalaron en los municipios de la República (los gobiernos estatales y el federal quedaron eximidos de cualquier responsabilidad política, económica, social y penal), el inquilino de Los Pinos también registró que hoy existen dos Méxicos: uno, inserto en la economía global, con crecientes índices de ingreso, desarrollo y bienestar, y por el otro lado hay un México más pobre, con rezagos ancestrales que no han podido resolverse por generaciones.
Lamentablemente, lo registró mal, porque según su versión ese Méxicocon rezagos ancestrales se limita a tres estados de la República; Guerrero, Oaxaca y Chiapas, donde “tienen su origen la mayoría de los conflictos sociales y políticos más graves del país, precisamente por la falta de desarrollo. Los 29 restantes (incluido el Distrito Federal), de acuerdo con esa versión, formarían parte del otroMéxico, es decir, el de la bonanza, el ingreso creciente, el desarrollo y el bienestar.
Bien harían sus allegados en documentar a su jefe, para que entendiera la verdadera dimensión de la disparidad existente en esta República de discursos, porque de acuerdo con informes oficiales el 80 por ciento de los mexicanos son catalogados como socialmente vulnerables, y todos ellos no caben en Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Sin considerar lo anterior, anunció la creación de nuevos polos de desarrollo industrial, con el fin decrear empleos formales y bien renumerados. Por ello, por primera vez en nuestra historia, propongo que se establezcan tres zonas económicas especiales en la región más atrasada del país. Estas serán: el corredor industrial interoceánico, en el Istmo de Tehuantepec, que conectará el Pacífico con el Golfo de México; la segunda, en Puerto Chiapas, y la tercera, en los municipios colindantes al Puerto de Lázaro Cárdenas, tanto de Michoacán, como de Guerrero.
¿Cuánto tiempo deberán esperar los habitantes de esas zonas para que los presuntos beneficios, si es que algún día llegan, los saquen del subdesarrollo?, porque la iniciativa correspondiente llegaría al Congreso por allá de febrero próximo, si es que se acuerda. Entonces, ¿qué parte de resultados inmediatos no entendió el inquilino de Los Pinos?
En fin, el país dando vueltas a la noria, aunque no todo está perdido: ¡alegraos!, mexicanos incrédulos y criticones, que ya van tener su versión autóctona del 911 (nain guan guan, para que se lo aprendan, pidan auxilio en casos de urgencia y accedan a otros servicios de ayuda y orientación).
Las rebanadas del pastel
Que dice el preclaro secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, que no hay de qué preocuparse, porque el desplome del tipo de cambio del peso simplemente se debe a fluctuaciones transitorias. Pues bien, ayertransitoriamente llegó a 14.08 unidades, y en los últimos 38 años el precio del billete verde se ha incrementado la friolera de 112 mil 640 por ciento. Lo bueno es que ha sido transitorio.
Twitter: @cafevega

jueves, 27 de noviembre de 2014

La represión y una renuncia histórica
Adolfo Sánchez Rebolledo
N
o hubo sorpresa. Después de una marcha multitudinaria ejemplar por la organización de sus filas, la protesta se vio enturbiada por la acción de los provocadores y la represión subsiguiente. Al concluir el acto en el Zócalo los infiltrados se dieron vuelo atacando a la guardia militar que protege la Puerta Mariana de Palacio Nacional, mientras los asistentes pedían a gritos pero sin éxito el cese de la violencia. Luego, las cargas policiales barrieron la plaza, deteniendo sin discriminar a decenas de asistentes que estaban en la manifestación pero sin participar en los actos violentos. La historia se repite: incomunicadas, golpeadas, las víctimas de las cargas policiales se convierten mediante un acto de autoridad en los culpables de instigar la desestabilización del país. Como en los viejos tiempos, las acusaciones parten de los mismos agentes del orden, destacadamente los granaderos, cuyo historial de arbitrariedades es tan amplio como la ineptitud de sus mandos para actuar sin violentar las reglas. A los 11 detenidos en cárceles federales se les acusa de los delitos de motín, asociación delictuosa y tentativa de homicidio, acusaciones que sólo se entienden como recurso para crear confusión y temor ante el caso Iguala-Ayotzinapa. Como dije aquí hace una semana, las autoridades locales y federales siempre aseguran tener identificados a los provocadores que actúan a plena luz del día, pero éstos nunca son los que se presentan ante el juez, lo cual refuerza la desconfianza y envenena el momento, con la obvia intención de cargar contra la movilización pacífica la responsabilidad por la ruptura del orden legal. Cierto es que a crear esas condiciones contribuyen los actos vandálicos y los llamados delirantes a enfrentar a la fuerza pública a los que poco importa que la protesta crezca incorporando nuevos contingentes pacíficos.
Pero las fallas policiacas implican grandes riesgos, ya que la arbitrariedad de las detenciones viene a ser el corolario de la amenazante campaña en favor de la mano dura que está en curso, bajo la premisa de que tras las movilizaciones existe una conjura para desestabilizar al Estado. Da la impresión de que las fuerzas gobernantes perdieron la brújula y no saben cómo enfrentar la crisis sin tocar los viejos resortes autoritarios, apelando a la verdad y al trato maduro de las justas reclamaciones de la sociedad. El Presidente ha anunciado cambios importantes en relación con temas cruciales, pero no se advierte la decisión de escuchar y atender la necesidad de un cambio de rumbo, una genuina y profunda reforma institucional que comience desmontando las redes de impunidad y corrupción que nos ahogan. Da la impresión de que la Presidencia aspira a un cambio formal y no a un reajuste a fondo de las prioridades nacionales. Después de años y decenas de miles de muertos y desaparecidos, el tema de la inseguridad se sigue pensando en función de pactos cocinados en los cubículos de los políticos, con la aquiescencia de los empresarios y otros poderes fácticos, pero no se advierte un discurso comprensivo con las víctimas, un planteamiento integrador que trascienda los temas que hoy aparecen fragmentados, sin relación sustantiva.
El Presidente denuncia a quienes pretenden poner en un predicamento su proyecto de nación (y entre ellos engloba a quienes piden su renuncia en las calles), sin reconocer que la crisis es real y que muchos ciudadanos no están de acuerdo con que las reformas estructurales sean la respuesta que México requiere para salir adelante. La descalificación de la crítica, so pretexto de la estabilidad, es la vieja receta del autoritarismo. Ayotzinapa-Iguala ha puesto al desnudo la profundidad de la crisis moral y política que aqueja al Estado, pero también demuestra la fragilidad de las fuerzas políticas para afrontar una situación que claramente las desborda.
Al gobierno le preocupa la caída de la imagen del país en el exterior. Y tiene razón, pero se equivoca de medio a medio si cree que esta visión puede mejorar con reformas cosméticas o explicaciones parvularias. ¿Cómo hacerle entender al mundo que en este país con aspiraciones de potencia el gobierno no pueda dilucidar cómo y por qué los hechos acaecidos en un municipio comprometen la gobernabilidad, la vigencia de las instituciones de justicia, el equilibrio de fuerzas, la paz pública?
El hecho insoslayable es que en este México adolorido es posibledesaparecer a 43 jóvenes estudiantes sin que dos meses después se pueda cerrar la investigación. La realidad es que años de violencia han sembrado de fosas clandestinas el territorio nacional. La verdad es que los migrantes cruzan el país como si fuera el mismo infierno. Dicho en breve: la descomposición no es un invento de conspiradores ni de la mirada fría del observador extranjero. Urgen grandes reformas que sólo pueden alimentarse de la voluntad popular. Muy bien que se adelanten planes para fortalecer el estado de derecho, pero la sociedad reclama acciones políticas, no discursos. Hechos concretos, no promesas.
Todo indica que estamos ante una nueva etapa. La crisis de los partidos, al comienzo de un nuevo proceso electoral, no es menor. La pérdida de confianza y credibilidad, que suele ocultarse bajo las inercias conservadoras y la manipulación mediática, afecta al presente y el futuro. Las salidas facilonas, las ocurrencias, no deberían soterrar la reflexión necesaria.
La renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas al PRD confirma que el ciclo de la unidad de la izquierda, tal y como se concretó en 1988 (y antes), ha terminado y no se renovará sin el esfuerzo consciente de las nuevas generaciones de militantes. El crimen de Iguala hizo saltar una forma de hacer política que, junto con otras instituciones del Estado, no corresponde a las necesidades del México de hoy. Sin embargo, lejos de hacerse la autocrítica requerida, el PRD persiste en el error de no asimilar sus propias experiencias, saludando como un logro la pérdida de cuadros y militantes o el encierro en el corsé de las corrientes. Cárdenas había hecho desde tiempo atrás una serie de propuestas para reconstruir el partido, pero no tuvo eco en el grupo dirigente. Fue ignorado cuando a la organización más le importaba cerrar filas. Los partidos, al menos los de izquierda, son necesarios para proponer a la ciudadanía un programa por el cual luchar que no salta del mero sentido común imperante. No hay ganadores automáticos Por ello han de ser abiertos, deliberantes, democráticos, capaces de corregir sus errores. Cuando se convierten en maquinarias para ganar votos a cualquier precio se desnaturalizan como representantes de la ciudadanía o se transforman en meras agencias de empleo sin ideología. El país necesita otra cosa.


Ayotzinapa: salto al abismo
John Saxe-Fernández
F
ue un abismo moral y político el que separó la feroz represión y criminalización desplegada por el régimen la noche del 20 de noviembre contra la inmensa y pacífica manifestación que le antecedió minutos antes, “pocas veces vista –si es que alguna vez– en esta ciudad de México” (A. Gilly La Jornada24/11/14 p.1). Por tratarse de un masivo y arrollador movimiento pluriclasista, multi-cultural, de dimensión nacional y mundial encabezado por el reclamo de los padres de familia exigiendo la aparición con vida de sus 43 hijos, no extraña que coincidiera, en la mañana de ese día, con el anuncio de un préstamo de 350 millones de dólares del Banco Mundial (BM), que ahora aparece como una operación de rescate del PRI con la mira en las elecciones de 2015, al estar destinado para Prospera, principal palanca asistencialista/electorera al mando de Rosario Robles, que opera comopolicía social de un régimen que se hunde en Ayotzinapa.
Pese a que días antes ocurrió un incidente policial en Ciudad Universitaria con un estudiante herido de bala, una provocación que anunció más de lo mismo para enfrentar las oleadas de protesta civil y pacífica de la ciudadanía, todavía en la mañana del 20 de noviembre, a ojos del BM y de su principal accionista, el Departamento del Tesoro, el régimen de Peña Nieto (PN) parecía rescatable con una manita de gato y una buena inyección de dólares. A eso vino en persona Jim Yong Kim, presidente del BM: para anunciar el empréstito –que engrosará la deuda del país– ante Peña Nieto, el gobernador del Banco de México y los secretarios de Hacienda, Desarrollo Social, Agricultura, Desarrollo Urbano, Economía, Salud y del Trabajo, todos “country managers” de los programas anti-pobreza y de ajuste estructural del FMI-BM. El coreano les dijo que sería un error estar aquí, en México, y no hacer una reflexión sobre la tragedia de la desaparición de 43 jóvenes, lo que hizo en pocas líneas ante la reacción de más de uno en el presidium, quizá sorprendidos y hasta agradecidos de que no cavilara en torno a las declaraciones de EPN sobre intentos de desestabilización acompañados de la advertencia diazordacista de quepodría usar la fuerza, lo que, según comunicado de Amnistía Internacional (AI) “…pone en evidencia que su administración continúa sin reconocer la grave crisis de derechos humanos que enfrenta México y que en los últimos años, la falta de acceso a la justicia y la impunidad ante violaciones graves a los derechos humanos ha sido una constante”. Todavía estaban frescas las declaraciones de Perseo Quiroz, director ejecutivo de AI en México, de que EPN muestra una vez más la falta de compromiso de su gobierno para hacer frente a la situación que se vive en el país, marcando una tendencia a la criminalización de las demandas de justicia y la manifestación libre de ideas, derechos que, lejos de desestabilizar son la piedra angular de una sociedad democrática, cuando los principales ejes de esa crítica más la crónica impunidad que padece el país, se acentuaron todavía más por la represión en el Zócalo e inmediaciones. Para sembrar el miedo enviaron a inocentes encapsulados a cárceles lejanas de alta seguridad para terroristas o criminales de alta peligrosidad. La ruta del terrorismo de Estado no es nueva pero desde Ayotzinapa dio un salto al abismo. El autoritarismo se hunde ante la movilización y resistencia civil pacífica, con el mundo –y las redes sociales– atestiguando la criminalidad de Estado que vive el país.
La exigencia de que EPN renuncie y el rechazo a su proyecto de nación se intensificará todavía más, como advirtió un Centro de Derechos Humanos, “de comprobarse que personas vestidas de civil fueron transportadas en vehículos militares y luego aparecieron en actos violentos en el Zócalo y los alrededores del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México– como lo muestran fotos en redes sociales”. En ese caso, “…se estaría frente a una estrategia para reprimir la disidencia”…Estaríamos hablando de viejas prácticas para infiltrar al movimiento, generar disturbios y justificar una acción de fuerza del gobierno, pero también es una política para cambiar las agendas: que para la opinión pública, lo sucedido el jueves (20N) sea un choque con la policía, en vez de un ejercicio masivo, pacífico y legítimo de protesta social.
Coda: la prensa de Estados Unidos informó que Washington intensifica la presencia e intervención de sus agencias de seguridad en México. Que el cuerpo de alguaciles opera aquícon uniformes de la Marina de México y con armas locales. TheWall Street Journal (21/11/14) agregó que ese cuerpo envía especialistasen “misiones secretas aprobadas por sus altos cargos…” Analistas del tema dijeron que no está claro quiénes dentro de los dos gobiernos las autorizanUn oficial de Estados Unidos dijo que los operativos son aprobados en un nivel alto del gobierno mexicano (ibid).
¿Eso es proyecto de nación o de colonia?
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 Demasiado tarde
Pedro Miguel
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Apoyados por maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero, normalistas de Ayotzinapa tomaron ayer durante siete horas la Autopista del Sol para exigir la presentación con vida de sus 43 compañeros desaparecidosFoto Sergio Ocampo
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i en algún momento delpasado 27 de septiembre el secretario de Gobernación hubiera salido antes que los medios a informar a la sociedad de lo ocurrido esa madrugada en Iguala; si el procurador hubiera anunciado la atracción inmediata de las investigaciones (basado en la premisa simple de que ninguna delincuencia no organizada es capaz de asesinar a balazos a seis personas en cuestión de minutos y secuestrar a otras 43), y si el Presidente hubiera encabezado con su propia indignación la indignación social que el hecho iba a generalizar horas más tarde, tal vez el gobierno federal no estaría ahora enfrentando una situación agónica y sin salida posible. Pero será hoy, a 60 días de aquellos sucesos, cuando Peña procurará atajar con algún anuncio de algo el descontento multiplicado y exponenciado por dos meses de indolencia, omisiones, insensibilidad, mentiras, arrogancia y conatos represivos –que lejos de disuadir la protesta le dan más sustancia–, elhubiera es irrelevante y parece ser que ya es demasiado tarde.
Por falta de visión de Estado, por interés o por lo que haya sido, el gobierno peñista optó por preservar la red de complicidades entre el poder público y la delincuencia organizada, que ofrece ventajas inmediatas en materia de control político, y lanzó una vasta operación de imagen a fin deresolver el problema: desde la línea oficial a medios dóciles para que escamotearan a sus audiencias la información sobre la guerra en curso y sus saldos, hasta el envío de Alfredo Castillo a Michoacán para que dividiera, debilitara y cooptara la insurrección ciudadana que amenazaba con propinar una derrota decisiva a loscárteles que operan en la entidad. Si la actual administración se hubiera propuesto desde sus inicios hacer frente a la inseguridad mediante un combate decidido y profundo contra la corrupción; si hubiera cambiado de paradigma en la lucha contra la delincuencia organizada y se hubiera deslindado en forma real y efectiva del calderonato; si hubiera sido capaz de comprender las raíces políticas y sociales del narcotráfico, la pudrición institucional y la violencia, tal vez no estaríamos ahora descubriendo fosas y fosas ni exigiendo la aparición con vida de desaparecidos. Hoy, a lo que puede verse, al gobierno se le ha hecho demasiado tarde.
El peñato se entronizó como resultado de la adulteración a gran escala de la voluntad popular, con el propósito de dar continuidad a un programa político económico que privilegia los intereses del capital financiero (incluidos, o no, los grandes flujos procedentes de ganancias ilícitas) y dio por hecho que las entidades sociales que han rechazado ese programa durante décadas carecían de relevancia: instancias sindicales independientes, comunidades indígenas, organizaciones políticas progresistas, causas de género, ligas campesinas, grupos ambientalistas, movimientos estudiantiles y muchas más. Pensó que podía pasar por encima de ellas y desentenderse de sus demandas. A fin de cuentas, tenía a casi la totalidad del espectro político formal (es decir, a lo que debiera ser la representación de la pluralidad política y social) comiendo de su mano por medio del Pacto por México. Parado sobre esas certezas, el peñato emprendió y consumó sus reformas estructurales y supuso que ello no habría de tener consecuencias mayores en el terreno de la gobernabilidad. Si hubiera actuado de otra manera y hubiera escuchado más allá de las bancadas legislativas y más allá de los reportes del Cisen, tal vez habría podido operar con más eficacia y con un mínimo de respaldo social en la presente crisis. Pero hoy da la impresión de que ya es demasiado tarde.
Tal vez alguien dentro del régimen habría podido ver, en las postrimerías del calderonato, que el país requiere de un proyecto educativo que vaya más allá de liquidar la educación pública gratuita y de propiciar la proliferación de establecimientos particulares, y deuniversidades privadas carentes de más objetivo que el de generar utilidades, y que el campo nacional no es un problema a resolver, sino una solución potencial para varios de los principales conflictos nacionales. Tal vez alguien habría podido decir a Peña que no se puede menospreciar el agro hasta tal punto que se le haga figurar –como lo hizo, cuando era aspirante presidencial, en el libro que le escribieron para que lo firmara– como un apartado menor del capítulocombate a la pobreza, y que no es poniendo cajeros automáticos en localidades remotas como se debe hacer frente a la situación de los campesinos. Pero el desprecio del grupo gobernante a la educación pública y al campo no podía más que producir una circunstancia de hostilidad oficial y de extremada vulnerabilidad para los alumnos de una escuela normal rural, y hoy resulta inverosímil cualquier cambio de percepción por parte del gobierno.
Acaso Peña y su pareja habrían podido prescindir de una riqueza tan ostentosa como la que exhibe la Casa Blanca de Lomas de Chapultepec. Tal vez él habría podido llenar desde un principio, y en forma clara y sin ambigüedades, su declaración patrimonial. Es razonable suponer que tuvo margen de decisión como para rechazar cualquier trato entre su esposa y uno de los principales beneficiarios de los contratos de obra pública en el estado de México que él gobernaba. Se puede pensar que convocó a sus asesores a conciliábulos en los cuales diseñar la respuesta correcta a la revelación de los ya célebres trastupijes inmobiliarios, y probablemente alguien allí le aconsejó que hiciera cualquier cosa, menos decir lo que dijo: vincular el escándalo a un afán desestabilizador y, para colmo, decirlo con una manifiesta cólera incontenida. Ciertamente, Peña tuvo la capacidad de ordenar un concurso equitativo y transparente para asignar la obra del tren rápido México-Querétaro al consorcio que ofreciera mejores condiciones para construirlo, pero el concurso fue visto como parcial y amañado y, para colmo, resultó que la firma vencedora era precisamente la que había construido a crédito la casa de su mujer. Hoy se ha cerrado cualquier margen para que el ocupante de Los Pinos ofrezca a la sociedad una explicación convincente de las irregularidades manifiestas –como la de no haber incluido en su declaración patrimonial los bienes de su cónyuge– de las sospechadas.
El gobernante soñó con encarnar la resurrección de un régimen presidencialista vigoroso y fuerte; con ser el emblema de un PRI renovado, joven y atractivo; con protagonizar la imagen de una nación que rompía las ataduras con su propio pasado y se encaminaba, por fin, al desarrollo y la modernidad. Fue una apuesta arriesgada y la perdió: a 60 días de ocurrida la atrocidad de Iguala, Peña es visto como el símbolo supremo de un régimen corrupto, insensible, sórdido, autoritario y espantoso. Lo que empezó como telenovela devino farsa y luego se volvió tragedia: la tragedia del Presidente despojado de toda credibilidad que, aunque quisiera, no puede hacer nada bueno por sus gobernados, salvo dimitir. Porque cualquier otra cosa que anuncie hoy, dos meses después de perpetrada la barbarie, será tomada como un intento por mantenerse en el cargo.
Tal vez consiga ese último propósito. De ser así, será a costa de causar un daño desmesurado a México, a sus instituciones y a su gente. Aún puede evitarlo, y para eso, hoy, a 60 días de los sucesos de Iguala, no es demasiado tarde.
Twitter: @Navegaciones


México SA
Economía: coctel explosivo
Frágil inicio del tercer año
¿Y dónde está el complot?
Carlos Fernández-Vega
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l coctel económico se torna explosivo y pone nervioso(Carstens dixit) a más de uno: la economía se mantiene en el limbo, se desploma el ingreso petrolero, se acelera laexportación de capital, se cae el tipo de cambio, flaquea la inversión extranjera, los capitales golondrinos se aprestan a emigrar hacia paraísos financieros y fiscales distintos al mexicano, el poder adquisitivo de la mayoría se deteriora día a día y quienes presumían saber cómo gobernar, de plano no dan una.
Cero y van dos (sin olvidar las tres décadas previas). En un ambiente político enrarecido y con una sociedad enardecida, el actual inquilino de Los Pinos cierra su segundo año con un abultadísimo inventario de pendientes, a tientas y sin mayor perspectiva para iniciar el tercero del mandato, el cual, formalmente, arranca al próximo lunes. Una vez más la terca realidad se impuso, y a Peña Nieto no le duró la fábula del mexican moment ni el cuento de las reformas.
Ante tal panorama los pragmáticosaliados naturales del régimen no desperdician su tiempo en pequeñeces ni se fijan en colores gubernamentales: con los dineros por ellos obtenidos en la economía mexicana atiborran sus alforjas y apresuran su envío a territorios menos hostiles y máscivilizados.
De acuerdo con información oficial, “entre el primer trimestre de 2013 y el tercero de 2014, es decir, durante el actual gobierno, han sido transferidos a cuentas bancarias del exterior 44 mil 625.7 millones de dólares. Otros 17 mil 871 millones de dólares se han enviado para realizar inversiones directas –las que generan actividad económica y empleo en terceras naciones– fuera del país. En total, por ambas vías han salido de México 62 mil 497 millones de dólares” (La Jornada, Roberto González Amador).
La cantidad de recursos enviados en lo que va de la actual administración a cuentas bancarias en el extranjero o para financiar la compra de empresas es inferior en sólo 18 por ciento al saldo de la deuda externa neta del gobierno federal. Resulta mayor si es comparada con las operaciones que por los mismos conceptos se registraron en igual periodo del gobierno anterior” (ídem).
Entonces, si el gobierno peñanietista requería un indicador fidedigno sobre la confianza que el gran capital le tiene (como presume en sus discursos), pues el Banco de México (de donde proviene la información referida) recién se lo ha proporcionado. Es tal la confianzaque le tienen, que en los primeros 21 meses de la nueva administración los barones exportaron capitales a razón promedio de 99.2 millones de dólares por día (alrededor de mil 300 millones de pesos cada 24 horas).
Con el citado balance, y en medio de la teoría del complot que maneja el inquilino de Los Pinos, en el transcurso del presente siglo (que involucra las administraciones foxista, calderonista y peñanietista), los barones han desvalijado (dinero generado internamente para serexportado) a la economía mexicana con cerca de 300 mil millones de dólares, y contando, algo así como una cuarta parte del producto interno bruto nacional. Todo, desde luego, permitido por el propio gobierno y las leyes aprobadas por el Congreso.
Por lo anterior, México refrenda el negro galardón que en tiempos calderonistas le concedió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), es decir, el de exportador neto de capitales, dineros generados en la economía mexicana para ser depositados y/o invertidos en terceras naciones, donde contribuyen a generar empleo y al fortalecimiento económico del país receptor.
Y, como siempre, se juntan roto con descosido. El Inegi informa que el ingreso mexicano por exportación petrolera se desplomó 21 por ciento en octubre de este año, proporción equivalente a 3 mil 430.2 millones de dólares. Si se considera esta caída y se combina con el creciente costo (por precio, volumen y tipo de cambio) de importar productos petrolíferos, entonces la conclusión es aterradora: en el mes de referencia, la aportación neta de divisas al país por la industria petrolera fue de apenas 42.9 millones de dólares (La Jornada, Juan Antonio Zúñiga).
El barril mexicano de exportación cerró octubre de 2014 con un precio de 76.98 dólares, 10.53 billetes verdes menos que en septiembre. Pero ayer el crudo nacional se cotizó a 69.77 dólares, 7.21 menos que al concluir octubre, la cota más baja desde 2010. Y este último precio ya aplica para las ventas de enero de 2015, toda vez que éstas se concretan y contabilizan seis semanas antes de la entrega física. En síntesis, a lo largo del presente año el precio del barril mexicano de exportación se ha desplomado 25 por ciento, sin olvidar que la producción se reduce y que el ingreso por oro negro representa un tercio del presupuesto de egresos de la federación.
Para aderezar el coctel, el tipo de cambio del peso frente al dólar se zarandea (con una deuda externa en niveles históricos), el cual ayer cerró por arriba de las 14 unidades. Cuando Enrique Peña Nieto se instaló en Los Pinos se pagaban 12.98 bilimbiques por billete verde, y en la euforia propagandística del mexican momentla paridad se ubicó por debajo de las 12 unidades. Ahora hay que pagar 14 pesos por dólar, algo no registrado desde hace más de dos años, con todo y reformas que finalmente no resultaron ser la prometida varita mágica.
De cereza, uno de los pilares de la política económica se desmorona: de enero a septiembre de 2014 la captación de inversión extranjera directa –tan promovida y cacareada por el gobierno– se desplomó 46 por ciento, de 28 mil 233.8 millones de dólares en igual lapso de 2013, a 15 mil 310 millones en el presente año.
Y en medio de todo esto la sacrosanta cuan pasmada economía nacional que se mantiene en la lona ycrece a un ritmo menor al del calderonato, lo que ya es decir. Pero elcomplot, según dicen, está en las calles y los manifestantes son susheraldos.
Las rebanadas del pastel
Atento recado para Alfredo Navarrete Prida, recientemente galardonado (¿?) por el gobierno español: es falso que ya esté remediada la situación en el río Sonora, afectado por la contaminación de la minera Buenavista del Cobre (de Germán Larrea). Es una burla que hasta en salas de cine se muestren comerciales en donde Grupo México muestra un río Sonora limpio y con abundante fauna, cuando apenas esta semana se volvió a ver una mancha naranja de contaminación en el agua. Atentamente: Pedro Armando Lugo López, presidente municipal de Aconchi.
Twitter: @cafevega
De infiltrados y provocadores
Octavio Rodríguez Araujo
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n la historia de México no han faltado los infiltrados. Uno de los primeros y más famosos fue el coronel Jesús Guajardo, el asesino de Emiliano Zapata. La táctica de ese militar fue ganarse la confianza de Zapata, so pretexto de que estaba contra Venustiano Carranza. Para lograrlo llegó al exceso de fusilar a media centena de sus propios soldados. Luego le puso la trampa de Chinameca al Caudillo del Sur.Guajardo fue ascendido a general por Carranza, además de recibir una cuantiosa suma de dinero por suexitosa misión. No fue un traidor, fue un infiltrado para liquidar al revolucionario.
En la época del inicio de las guerrillas de hace 50 años el Ejército mexicano infiltró al ex capitán Lorenzo Cárdenas Barajas. Este personaje no sólo se ganó la confianza de varios grupos guerrilleros sino que incluso entrenó militarmente a varios de ellos, al mismo tiempo que les daba información falsa y suministros militares inútiles (granadas, por ejemplo). Por esta información falsa, concretamente sobre el número de soldados que había en el cuartel de Madera el 23 de septiembre de 1965, fue que el Grupo Popular Guerrillero (GPG) fue derrotado. Hubo otras razones que no viene al caso comentar en este espacio, pero esa información hizo que Arturo Gámiz, Pablo Gómez Ramírez y otros murieran en su intento.
Ese infiltrado del sector de inteligencia del Ejército jugó el mismo papel en otros grupos guerrilleros. El Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), apenas en formación, fue delatado por infiltrados militares y de la Dirección Federal de Seguridad (la tristemente célebre DFS) y su Grupo de Investigaciones Especiales C-047, dirigido por el funesto Nazar Haro (véase Laura Castellanos,México armado, y Sergio Aguayo, La charola: una historia de los servicios de inteligencia en México). En el MRP participaron Víctor Rico Galán, Raúl Ugalde y Pedro Uranga, entre muchos más que fueron detenidos y encarcelados. Uranga, que venía del derrotado GPG, fue de los que no confiaban en el ex capitán Lorenzo Cárdenas, quien, para los cubanos, era agente de inteligencia militar y así lo habían informado a los mexicanos.
Cuando yo era estudiante de licenciatura habíamos formado en la UNAM el Partido Estudiantil Socialista. No fue difícil detectar a los infiltrados de la Secretaría de Gobernación y la DFS. Comúnmente eran los más radicales (léase extremistas), que se desvivían por llevarnos a acciones obviamente provocadoras con las que, en nuestro balance, saldríamos perdiendo y quizá nos hubieran encarcelado.
No recuerdo, de los muchos movimientos sociales en que participé, que en las organizaciones de las izquierdas, tanto armadas como pacíficas, no hubiera por lo menos un infiltrado o que sospecháramos que lo fuera. Incluso en la Convención Nacional Democrática promovida por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Y casi siempre tales infiltrados eran los más extremistas (ultras, los llamábamos) y, por lo mismo, sectarios. Los llamábamos provocadores por una razón muy sencilla: normalmente querían llevar el movimiento X a confrontaciones estériles que justificaran (así entre comillas) diversas formas de represión, desde golpizas y detenciones hasta prisión o desaparición forzada. Ejemplos sobran, pero el espacio es limitado.
Siempre me ha llamado la atención que algunos de los héroes de actos vandálicos en las manifestaciones sociales y pacíficas hayan sido detenidos y soltados a unos cuantos días, en tanto que los luchadores sociales desde los primeros tiempos de Revueltas, Gómez Lorenzo y Miguel Ángel Velasco, pasando por Demetrio Vallejo, Filomeno Mata y Valentín Campa, han estado en prisión varios años. Lo mismo podemos ver en los casos de Rico Galán, Genaro Vázquez Rojas, Sierra Villareal, Mario Rechy, Carlos Sevilla, Danzós y muchos más que poblaron contra su voluntad varias cárceles del país, principalmente Lecumberri. Que algunos hayan sido cooptados por el gobierno y otros no, sólo demuestra que unos al final se doblegaron y que otros no cedieron en sus principios ni abjuraron de éstos. Renegados hay en todas partes, hasta en las buenas familias. Pero los cerca de 600 desaparecidos o asesinados durante la guerra sucia son el crudo testimonio de que hay y ha habido mucha gente dispuesta a todo por sus ideales, coincidamos o no con ellos, especialmente en términos de estrategia. Y también, debe decirse, son la evidencia de que los gobiernos no son ni pueden ser aliados de las luchas sociales auténticas, organizadas o no.
Algunos de los provocadores pueden no ser infiltrados (siempre hay que dar el beneficio de la duda), pero tampoco necesariamente revolucionarios o insurgentes, por mucho que lo crean. Más bien se les podría llamar subversivos o subversivistas (valga el neologismo), en el sentido de Gramsci y no del represor Nazar Haro. Para Gramsci la forma más elemental (subrayo elemental) de expresión violenta de la sociedad se da en la subversión. Lo subversivo para el autor italiano significaba “una posición negativa y no positiva de clase: el ‘pueblo’ siente que tiene enemigos y los individualiza sólo empíricamente en los llamados señores”. Se odia al enemigo o a quien se confunde como enemigo por razones superficiales, como por ejemplo al funcionario y no al Estado, al policía y no al gobierno, a la empresa y no al capital, y con frecuencia no se comprenden en su verdadero significado.
Por lo mismo, es deseable que en los movimientos sociales auténticos sean detectados (y neutralizados) los infiltrados y que se tome en cuenta que los provocadores, que pueden ser o no ser infiltrados, suelen tener como meta la subversión (por sí misma), más que conseguir algo a cambio de sus protestas, es decir, una posición negativa y no positiva de clase para obtener aquello por lo que luchan. ¿En qué beneficia a los familiares de las víctimas de Ayotzinapa, por ejemplo, que esos provocadores incendien edificios o roben locales comerciales? ¿Para que sean reprimidos y criminalizados, ellos y también los demás? ¿No le están dando al gobierno, tradicionalmente autoritario, corrupto y represor, más argumentos para reprimir o inhibir el legítimo y fundamentado descontento social y que paguen justos por pecadores? ¿Cuántos de los detenidos el 20 de noviembre fueron provocadores y cuántos manifestantes pacíficos? Según testimonios públicos, no todos los provocadores fueron detenidos, pero sí algunos manifestantes solidarios con los normalistas de Ayotzinapa. Dante Hernández Castrejón, estudiante de Ayotzinapa, reconoció que “hubo compañeros… que cayeron en la provocación por los mismos infiltrados” (La Jornada,24/11/14). Nada más que agregar.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

En noviembre, muchos mexicanos honramos a las almas de nuestros muertos. En mi caso, además honro los profundos recuerdos que rebozan en mi alma, y le dan sentido a la vida. En mi tierra, donde está enterrado mi ombligo, comparten los alimentos y los productos cosechados. En San Luis Potosí, como en Guerrero o Hidalgo o Oaxaca o en muchos otros rincones del país, es fiesta donde abunda la comida, las flores y el copal. Hay alegría, música y bebida, todo en un marco de respeto porque las almas de nuestros ancestros vienen a hacer justicia y dar aliento y fuerzas a la gente para que continúen viviendo y resistiendo. 
Dice García-Leyva: Dicen que las almas procuran y protegen de las fuerzas negativas y las enfermedades. Otorgan bendiciones y velan por la comunidad. Procuran buenas cosechas y la salud. Las almas se manifiestan con el aire de las tardes, en la comida, en las velas, en el fuego, en los sueños y  por medio de diversas señales.
Así que en medio de la tristeza que vive el país, todavía queda en mí, recuerdos, sonrisas, y palabras, que siguen alimentando sueños, tal vez inalcanzables, pero muy esperanzadores...
Que todos los buenos espíritus sigan, con la ayuda de Dios, apoyando a las buenas personas y a sus familias...
Con nostalgia, envío mis mejores deseos a muchos mexicanos que sufren las injusticias de los insensibles poderosos, enfermos de loca ambición y poder...
La sublevación nacional del 20 de noviembre
Adolfo Gilly
E
ste 20 de noviembre vivimos en la República Mexicana la sublevación más grande de estos tiempos. En el Zócalo de la ciudad de México la multitud de estudiantes de todas las escuelas y universidades de la ciudad, sus amigas y amigos, sus padres y madres, desfilaron en tres inmensas columnas durante más de tres horas y convergieron para ocupar varias veces el Zócalo: los que iban llegando ocupaban el lugar de quienes se iban yendo, cuando ya los padres de Ayotzinapa habían hablado desde el templete. El Zócalo se renovaba sin cesar, y el desfile de la multitud ocupaba el espacio del tradicional desfile militar.
Era, tal vez, el mayor homenaje que el pueblo de esta ciudad haya hecho a Francisco I. Madero en este aniversario de su histórico llamado a la sublevación contra la dictadura porfiriana.
Pero no sólo en la ciudad de México. Toda la República, todas las ciudades grandes y medianas, aun las pequeñas, fueron escenario de estos desfiles por la vida y contra la muerte; esta rebelión nacional serena y aplomada de la juventud estudiantil y popular, sus padres y madres, sus amigos y maestros, todas y todos con muchos gritos de coraje y uno sólo que los resumía a todos: ¡Vivos los llevaron, vivos los queremos!
Multiplicado por miles y miles de voces regresó el grito precursor de Rosario Ibarra de Piedra, su Comité Eureka y sus Doñas del Comité Eureka. Resonó en todo el territorio nacional, desde su ciudad de Monterrey, donde la hermana de Jesús Piedra Ibarra recordó a la multitud que éste fue desaparecido en 1971 bajo el gobierno de Luis Echeverría, hasta San Cristóbal de Las Casas, en ese Chiapas donde la represión y las matanzas no han tenido tregua.
Después de muchos años de desapariciones forzadas, secuestros, asesinatos, feminicidios, después del sexenio sangriento de Felipe Calderón –cuyo gobierno colmó esta tierra de fosas clandestinas–, el crimen de Ayotzinapa, ejecutado por policías municipales uniformados en las cercanías del cuartel de la zona militar, hizo desbordar esa copa de sangre y sufrimiento. Las manifestaciones colmaron las calles y plazas de la República clamando justicia e interpelando al gobierno federal y a sus dependencias judiciales y legislativas con un solo grito: ¡Vivos los queremos! El Presidente y su gabinete, los jueces, todos los partidos del Pacto por México –PRI, PRD, PAN y sus apéndices–, toda la estructura institucional y jurídica estatal fueron repudiados.
Este rechazo fue especialmente severo en las manifestaciones y la concentración final de la ciudad de México, donde convergieron las tres caravanas de los padres y madres de los normalistas de Ayotzinapa que habían recorrido el territorio nacional. Ninguna violencia, sino dolor y rabia, había en los manifestantes, movilizados contra la violencia bárbara de los asesinatos y las desapariciones forzadas.
Pero fue aquí, como todos vimos y como se ha venido haciendo costumbre, donde al final de la concentración pequeños grupos de enmascarados iniciaron acciones violentas cuyo resultado –como también se ha vuelto habitual desde la inauguración del gobierno de Enrique Peña Nieto el primero de diciembre de 2012– fue dar la señal para que se desencadenara la represión indiscriminada de las fuerzas policiales contra los manifestantes pacíficos, incluidos padres con niños en sus brazos, y así Televisa pudiera dar a todo el país la imagen mentirosa y perversa de que así había sido la manifestación del 20 de noviembre.
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Policías y manifestantes en el Zócalo capitalinoFoto Víctor Camacho
Ahora bien, esas fuerzas policiales –granaderos con sus escudos, sus toletes y toda la parafernalia del caso– pertenecían al Gobierno de la Ciudad de México, esta ciudad que la lucha y las movilizaciones de sus habitantes habían conquistado para la democracia y el voto ciudadano desde 1997, pues hasta entonces su gobierno estaba en manos de las decisiones de la Presidencia de la Nación y del Regente desde allí designado.
Esa represión fue ejecutada por órdenes del Secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, quien en respuesta a las críticas ciudadanas felicitó a los granaderos por su gallardía y aprobó sus acciones, le guste a quien le guste, dijo. Desde aquel diciembre de 2012 en adelante, las autoridades de esta ciudad conocen perfectamente la matriz y los modos de acción de estas provocaciones, incluso reivindicadas por sus autores reales o simulados, cuyo resultado y cuyo fin es pudrir las manifestaciones populares a gusto y placer de Televisa y asociados.
Para completar la ilegalidad y la violencia, los manifestantes apresados han sido enviados a penales de alta seguridad en Veracruz y en Tepic, lejos de sus familiares y de sus defensores, una decisión cruel y además ilegal y contraria a las garantías constitucionales que a todos nos amparan.
Es grave que las fuerzas policiales del gobierno de esta ciudad se conviertan en ejecutoras de los métodos de mano dura anunciados por el presidente Enrique Peña Nieto a su regreso de China, ya puestos en práctica por el gobernador del estado de México hace años en San Salvador Atenco y reivindicados después como legítimos ante los estudiantes de la Ibero en la campaña electoral de 2012.
México entero se sublevó este 20 de noviembre en la persona de sus estudiantes, sus padres y madres, sus amigos, sus familias, contra la barbarie y el terror de Estado aliado al gran dinero de las finanzas y del narco. Mientras el gobierno federal siga tergiversando, ganando tiempo y ocultando las verdades que conoce y los hechos que su silencio encubre, esa sublevación de los cuerpos y los espíritus no cesará de extenderse.
Este 20 de noviembre de 2014, a 104 años precisos de su rebelión, el espíritu del presidente Francisco I. Madero –él creía en los espíritus– debe haber estado mirando con regocijo esta sublevación nacional. Y tal vez haya dicho para sus adentros aquellos versos que Pablo Neruda escribió, muchos años después, en Un canto para Bolívar:
“Yo conocí a Bolívar una mañana larga, / en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento. / Padre, le dije, ¿eres o no eres, o quién eres? / Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo: /Despierto cada 100 años, cuando despierta el pueblo.
A rostro descubierto
Carlos Martínez García
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a ciudadanía está dando dignas lecciones de civilidad y espíritu democrático. La marcha del 20 de noviembre contra la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa fue un dolido clamor contra las fuerzas que se conjuntaron para llevarse a los normalistas. La sociedad civil tomó las calles y las llenó de exigencias a un sistema, y su clase política de todos los signos partidarios, que está muy alejado de la justicia que constitucionalmente debe impartir.
Los contingentes formados por ciudadanos y ciudadanas de muy diversas condiciones sociales, económicas, religiosas y preferencias políticas se comportaron de forma ejemplar. Cuando aparecieron los enmascarados, con firmeza, pero sin agresiones, se comenzó a generalizar la exigencia de que los embozados se descubrieran el rostro. Algunos cumplieron con la exigencia, otros se alejaron al percatarse que no eran bienvenidos en la marcha.
Ante la oscuridad de la ignominia perpetrada contra los normalistas de Ayotzinapa la ciudadanía camina, exige, muestra su profunda indignación a ros­tro descubierto. Miles y miles así lo hicieron en el cen­tro sim­bólico de la nación, el Zócalo. Otros tantos, o más, que no pudieron llegar a la plaza por encontrarse copada de gente, también dieron la cara y mostraron valiente solidaridad con los padres y familiares de los desaparecidos.
Los enmascarados, sean infiltrados o no, actuaron en sentido contrario a la multitudinaria demostración que partió de distintos puntos de la ciudad para coincidir en el Zócalo. Gran parte de los millares que abarrotaron el lugar se había retirado cuando se desató la zacapela entre embozados y granaderos y policías federales. Los del rostro cubierto, con sus acciones, sabotearon la combativa y pacífica marcha que desbordó las arterias de la capital mexicana. Por su parte, los granaderos y policías federales arremetieron contra algunos de quienes los atacaban, pero también se lanzaron a golpear y detener a personas que nada tuvieron que ver con el contingente de caras cubiertas.
En muchos medios la noticia fue el enfrentamiento en el Zócalo, y pasó a segundo plano la memorable marcha ciudadana que alcanzó una intensidad solamente comparable con la del silencio en 1968. En esta última los estudiantes decidieron marchar en silencio para evidenciar el control autoritario del régimen presidencialista encabezado por Gustavo Díaz Ordaz. La del pasado 20 de noviembre, conformada por impactantes ríos humanos, se caracterizó por la decisión abrumadoramente mayoritaria de dar la cara, y así aislar las intentonas de unos cuantos que se cubren por tener intereses ajenos a la indignación que muestra la cara y confronta los desmanes de la clase política gubernamental.
La política del rostro descubierto también ganó espacios cuando atajó a unos cuantos encapuchados que buscaron afanosamente ocupar violentamente la rectoría de la UNAM. Los y las estudiantes que protestaron contra las incursiones policiacas en el campus y defendieron la autonomía de la institución rechazaron vigorosamente al grupo enmascarado que buscó aprovechar la movilización estudiantil para introducirse en la rectoría y hacer destrozos dentro del edificio. Hubo señalamientos sobre que los muy pocos con intenciones de tomar el emblemático espacio tienen escaso entendimiento de lo que es el anarquismo. Sus acciones los delatan como reventadores de lo que ha caracterizado a la UNAM: una comunidad diversa y tolerante, abierta al diálogo y respetuosa de la pluralidad en todos los ámbitos.
En otro espacio estudiantil, en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), se está forjando ejemplarmente la exigencia de rendición de cuentas a los funcionarios, la transparencia que debe ser norma para quien tenga un puesto directivo en la institución. El movimiento politécnico ha logrado concentrar las exigencias estudiantiles y darles cauce, y lo ha realizado a plena luz del día, dando lecciones a políticos de colmillos retorcidos que han buscado diluir las justas exigencias de los estudiantes.
Los representantes politécnicos en las negociaciones con los enviados del gobierno se anotaron una rotunda victoria cuando, como se decidió en la Asamblea General Politécnica, lograron que los burócratas fueran a Zacatenco, al auditorio Alejo Peralta, con el fin de que unos y otros hicieran sus planteamientos cara a cara. A los funcionarios nadie les ha tocado un pelo, pero, eso sí, han debido escuchar agudas críticas y brillantes exposiciones sobre cómo solucionar el conflicto y democratizar el IPN. La firmeza del movimiento politécnico bajó de su pedestal a los representantes gubernamentales, los puso en el mismo plano que los delegados estudiantiles, les ha mostrado que el verticalismo al que están acostumbrados se topa con el horizontalismo estudiantil. Y todo esto a rostro descubierto, frente a los asistentes al auditorio donde tienen lugar las negociaciones y los medios que les dan cobertura.
A rostro descubierto hay que enfrentar las ignominias que han oscurecido a México y pretenden seguirlo oscureciendo. Es el mejor antídoto para desenmascarar las intrigas del poder que siguen esforzándose por escamotear la justicia por la que con la cara en alto levanta su clamor la ciudadanía.