domingo, 31 de mayo de 2015


Orlando Ortiz
El paseo dominical
Al igual que a cierto mandatario sudamericano, diré que un pajarito me dijo que la jornada del próximo domingo será decisiva para el país. Se trata de unas elecciones intermedias y es histórico que jamás se les ha dado importancia, porque el presidente seguirá siendo el mismo que se tenga, “bueno, malo o todo lo contario”, eso no importa, seguirá siendo el mismo primer mandatario o comandante en jefe del Ejército Mexicano. Y lo interesante es que “la sociedad” culpa precisamente al primer mandatario de todos los males habidos y por haber. Hasta personas (todos ellos intelectuales) de ideología o pensamiento marxista se inclinan a afirmar que el primer paso para que cambien las cosas es quitar al presidente... ¿para poner a quién?, brinca la pregunta y... se quedan callados. No se atreven a decir amlo, vaya usted a saber por qué.
Algunos ilusos, como yo (en el mejor de los casos dicen que soy eso, y en el peor, de pendejo no me bajan), llamamos a la anulación del voto. Y puntualizo que abstención no es lo mismo que anulación. Abstenerse es quedarse en casa viendo el futbol y echándole la culpa de todo lo que nos pasa y pasará a quienes fueron a votar, o, todavía peor: olvidan que  abstenerse es dar nuestro consentimiento a lo que pasa: “quien calla otorga”, es decir, está de acuerdo con la actual administración y el rumbo que lleva.
En cambio, anular el voto es expresar nuestra opinión respecto a la situación del país, decirle al mundo (aunque parezca exagerado) que estamos inconformes con la situación de México, con las medidas que se están aplicando, con la actuación de los políticos y también (quizá más) con los partidos políticos. Todavía más: anular nuestro voto no sólo es expresar, sino también actuar, aunque parezca ridículo, porque a pesar del calor, del sol inclemente y del tiempo que sea necesario esperar, hemos sido capaces de soportar ese mínimo esfuerzo para anular el voto. Cruzarse de brazos es resignarse y aceptar los  desmanes y tropelías del  gobierno y del sistema corrupto del gran capital y los políticos.
Desde luego que aun cuando todos los empadronados, pero absolutamente todos anuláramos nuestro voto, las cosas no cambiarían de la noche a la mañana, es decir, el lunes 8 de junio seguiría diezmando al país la desigualdad económica, no se habría abatido el índice de desempleo, tampoco habría desparecido la atroz delincuencia organizada. “Eso no es de nomás enchílame otra”, como decían los abuelos. Todavía más, ni siquiera si hubiera un golpe de Estado o una revolución se remediarían nuestros males de un día para otro. Dicho esto, no veo por qué anular nuestro voto pueda cambiar las cosas de la noche a la mañana. Sí haría evidente, como lo dije antes, que un porcentaje muy alto de mexicanos no estamos de acuerdo con la situación del país y también que los diputados y alcaldes electos no llegaron ahí por “voluntad de la mayoría”, sino porque tuvieron más votos que los otros candidatos. Supongamos que venciendo el abstencionismo llegara a las urnas el cincuenta por ciento de los empadronados; el ganador puede ser que tuviera un veinte  por ciento, el siguiente un diez por ciento, el tercer lugar un ocho por ciento y dejemos la pizcacha para el resto de los partidos. Eso, traducido, significaría que el diputado o alcalde cuenta con la simpatía de solamente el diez por ciento de los electores. No tendría derecho a afirmar que es portavoz de los intereses de la mayoría de los habitantes de su distrito o municipio, según el caso.
Me he topado en la red con lo que casi podríamos llamar una campaña, en la que un eminencia en leyes hace  la disección de lo que significa anular el voto. Su análisis conduce a la afirmación de que abstenerse o anular el voto es lo mismo y no conduce a nada. Se basa, incluso, en cifras, pero, como bien se sabe, las cifras siempre son relativas, y él ve la cuestión desde la perspectiva pecuniaria solamente.
Las estadísticas y similares siempre resultarán favorables a quien las esgrima y para los fines que esta persona busque. Por ejemplo, casi día con día se dice que fueron creados diez mil empleos (es una cifra para ejemplo solamente), pero se oculta o se calla que al mismo tiempo el doble o triple perdieron su trabajo. Ergo, el auge es únicamente aparente.
En pocas y pobres palabras: ¿Qué significaría anular el voto? De ninguna manera un cambio inmediato, pero sí un primer paso para expresar la inconformidad, el rechazo a la actual administración y a la cohorte (de diestros y siniestros) que nos están llevando a la debacle. No habremos ganado la guerra, pero sí una batalla, y en mi opinión, importante.

Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com
Twitter: @JorgeMoch
La dama de las carroñas
En persecución del impacto mediático que genere contratos publicitarios para Televisa, la peruana Laura Bozzo cocina otro escándalo a partir de la miseria acosando a la madre de Cristopher Raymundo Márquez Mora, el niño asesinado por sus primos y otros adolescentes enajenados. Ahora es Chihuahua como en otras ocasiones Bozzo se ha visto involucrada en problemas en Puebla, cuando se quiso ungir a sí misma como investigadora en la muerte de Karla López Albert, o en Sinaloa cuando trató, en otro montaje donde ella misma resultaba la heroína, de husmear en las investigaciones judiciales del caso de una menor violada. No es nada nuevo que Laura Bozzo, a quien se vinculó como informante en las operaciones de guerra sucia de Vladimiro Montesinos en su Perú natal durante el gobierno de Alberto Fujimori, quien purga condena de 25 años en la cárcel por crímenes de lesa humanidad durante su mandato y varias acusaciones probadas de corrupción, esté en la palestra por escándalos judiciales. Vladimiro Montesinos, con quien presuntamente Bozzo mantuvo una relación sentimental y era nada menos jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (algo así como elCISEN mexicano), fue creador del grupo paramilitar de asesinos colina, y actualmente purga también sentencia carcelaria en Perú después de haber evadido a la justicia de su país por varios años. Por su involucramiento en la guerra sucia del fujimorato, Laura Bozzo estuvo recluida en prisión domiciliaria por tres años, al término de los cuales hizo las maletas y vino a México donde, dice, la recibimos los mexicanos con brazos abiertos. Lo cierto es que quien la mantiene en México es Televisa, que nunca ha brillado por su nitidez ética, para gestionar ocasional golpeteo mediático a periodistas incómodos al régimen priísta, como fue el caso de Carmen Aristegui, o como simple instrumento de escándalo y distracción con ese programa de televisión conocido hasta la náusea por un estilo estridente y virulento en el que la Bozzo suele ensalzarse a sí misma como defensora de los menos favorecidos. Lo también cierto es que Bozzo suele utilizar sus contactos empresariales y políticos en coyunturas informativas para promocionarse por medio de montajes televisivos que hace aparecer como reportajes de denuncia. No hace mucho causó indignación al disfrazarse de rescatista y utilizar un helicóptero del gobierno del Estado de México para hacerse un montaje en el que pareciera estar auxiliando a los pobladores de Coyuca de Benítez cuando los huracanes Ingrid y Manuel golpearon con particular violencia la costa de Guerrero.
A Bozzo le ha sido negada varias veces ya la nacionalidad mexicana, la primera en 2012 y la segunda un año después. Hay varias mociones públicas para que le sea negada la ciudadanía en nuestro país e incluso para que sea expulsada en los términos del artículo 33 constitucional. Uno de los promotores más activos de su expulsión es el doctor en Derecho Manuel Alejandro Vázquez Flores, quien alguna vez ha manifestado que por su activismo en contra de Bozzo ha recibido amenazas.
El programa de Laura Bozzo exalta la miseria de un sector poblacional que seducido por el morbo es paradójicamente su nicho de audiencia. Bozzo es prepotente, pendenciera y vulgar. Escarba en pleitos de familia o barriada y los exhibe denostando a sus “invitados”… que han resultado ser, según investigaciones periodísticas y oficiales en Perú, actores pagados que siguen un guión escrito por el equipo de la conductora, es decir, son casos falsos. Ha llegado al extremo aberrante de reciclar la misma actriz, en un episodio como víctima de violación y en otro como la chica rescatada de los escombros de un terremoto. Ahora quiere lucrar con la tragedia de Cristopher aduciendo que la madre aceptó inicialmente su “ayuda”.
¿Y las autoridades? Bien, gracias. Ni la Secretaría de Gobernación por sus actividades siendo extranjera, ni la de Comunicaciones por la falsedad de contenidos de su programa, ni la de Educación por el impacto negativo que sus transmisiones pueden tener en la niñez han intervenido. La protege Televisa porque le sirve para seguir lucrando con índices de una teleaudiencia morbosa, terriblemente inculta e indolente. Es una carroñera prepotente. Ya tardó el gobierno en proceder.


Es una aberración y una afrenta a la dignidad ya de por sí pisoteada de los mexicanos que esa mujer siga haciendo de la televisión una de las peores exhibiciones de podredumbre y vulgaridad en la historia de la televisión mexicana.

Agustín Ramos
Otra temporada en el infierno (III Y ÚLTIMA)
En el affaire Córdova le Petit, el espionaje será reprobable y el contexto legal y político discutible, pero la hipocresía –indicio leve y enfático de la deshonestidad– resulta innegable.
Puede especularse sobre la verosimilitud dialectal del indígena objeto de burla o sobre la flagrancia del espionaje y la administración de filtraciones; pero no sobre la evidencia de un discurso que sólo promueve el voto de dientes para fuera, pues en público pregona la no discriminación y en privado discrimina.
Así, con intenciones muy oscuras pero de origen muy nítido se desenmascara la mentalidad –otra demostración más de la ideología– de quien se opone como artrítico a la ilegalidad purulenta pero defiende su privacidad como atleta de equipo que cierra filas.
En consecuencia, ¿cómo encarar y acaso revertir, con un réferi de esa mentalidad, el desenlace programado por el bando de TeVePriSa en esta lucha superlibre entre aspirantes a padrotes y madrotas de la patria?
Muy esquemáticamente hay tres situaciones con sendas modalidades de voto.
En los territorios que el crimen organizado le disputa a criminales desorganizados, nada parece sostenible ni cierto. Ahí la ciudadanía sólo puede optar por el heroísmo o la pasividad, la sumisión o la resistencia (evítese la desvergüenza de manifestar apoyo moral).
En el Distrito Federal parece sensato oponerse a que la nueva izquierda continúe devolviendo el mando a la derecha inmortal.
En estados de tradición caciquil política, económica y, por supuesto, cultural, lo mejor sería contradecir la “verdad histórica” de que el abstencionismo es síntoma de la confianza y la simpatía que inspiran quienes gobiernan. Porque  tal supuesto sustenta la imagen de que la actividad electoral aporta el suficiente consenso para armar el rompecabezas de una gobernabilidad sustentada en partidos, con una mayoría política y varias opciones subalternas.
Pues no son los partidos los que vertebran un proceso que va, desde la instrumentación de las encuestas, hasta los llamados al santo sacrificio laico de la política, pasando por la tortura propagandística. 
Las elecciones las vertebra un síndrome, el PRI, Putrefacción Radical Impune, cuyo historial corrobora su lema de campaña: trabajar – y a todo vuelo– para (empeorar) lo más querido por el votante: bienestar, dignidad, independencia.
Los vástagos del PRI –complicidad pactada aparte– esconden en el color amarillo su genealogía totalitaria, en el azul sus anhelos nazis, en el turquesa su corporativismo, en el verde el agujero negro de todo el espectro político junto y en el tutifruti el patrimonialismo que pulveriza la fuerza opositora capturando mentes de por sí cautivas.
Sólo Andrés Manuel da la cara. Eso obra en su favor gracias a la actuación y el guión pésimos de Héctor Suárez. Pero, ¿votar de rebote?, ¿votar para volver a tener el destino “en nuestras manos” y marchar y marchar y marchar en beneficio de marchantes que estarán contra los ricos hasta emparejarse y con los pobres hasta donde sea rentable?
En circunstancias similares a la nuestra –reactiva y decisiva para la historia, en plena guerra–, los parisinos llamaban a las elecciones que desembocaron en la Comuna recomendando votar por quienes vivieran y sintieran lo mismo que los votantes. Y advertían: “corresponde a éstos hallar a sus dirigentes y no a los candidatos promoverse”.
Claro, eso fue en 1871 y no en un país transitivo y plural, así que quizá la cuestión no sea por quién votar sino para qué votar.
Votar como trabajan el comunicador despedido, el preso político y el docente difamado, sabiendo que una sabandija cualquiera desmentirá, aprisionará o calumniará esa labor en horario triple a y/o por la fuerza.
Votar contra la red que empieza contratando edecanes y termina alimentando lagartos en pantanos veracruzanos, que comienza en obras públicas y termina en mansiones privadas, que brota como comunicación social y se ramifica en narcotráfico, blanqueo y vertedero de veredictos inatacables sobre la desaparición forzada, la ultracorrupción presidencial y los partes de la guerra (que se va ganando).
Votar, personal y colectivamente, contra cada una de las manifestaciones de autoritarismo, latrocinio o injusticia, a fin de trascender de las urnas a las aulas, a las organizaciones vecinales, gremiales y familiares, y a todos los ámbitos de participación donde se suplanta e inhibe la acción política de carne y hueso.

viernes, 29 de mayo de 2015

Economía Moral
¡Reconstruyamos nuestra nación!
Manifiesto hecho público ayer por el Consejo Nacional de Universitarios
Julio Boltvinik
Foto
E
l manifiesto¡Reconstruyamos nuestra nación! del Consejo Nacional de Universitarios por una Nueva Estrategia de Desarrollo (fundado en noviembre de 2010 por el impulso persistente de José Luis Calva), es un documento de poco menos de 9 mil palabras, elaborado a partir de la colección de 18 volúmenes (unas 6 mil 500 páginas) Análisis estratégico para el desarrollo, publicada por Juan Pablos y coordinada por Calva, y que incluye capítulos escritos por 348 académicos. En ellos se cubren de manera amplia y detallada los siguientes temas: la realidad macroeconómica del país y su inserción en la globalización (vols. 1 a 6), los temas económicos sectoriales claves (industria, energía y agropecuario; vols. 7 a 9) los relacionados con lo social (vols. 10-12 y 16); el desarrollo regional, el cambio climático y el medio ambiente (vols.13-14); la política o agenda de la democracia (vol. 15); seguridad pública y derechos humanos (vol. 17) y jóvenes (vol. 18).
En Consejo Nacional de Universitarios se pueden bajar los índices de los volúmenes y los espléndidos prólogos escritos por Calva. El manifiesto es el segundo producto del CNU y fue presentado ayer a los medios de comunicación. Expresa, de manera muy sintética, los contenidos propositivos de los 18 volúmenes (sin diagnósticos), actualizados cuando el caso lo ameritaba, ya que fueron escritos mayormente entre 2011 y 2012. El manifiesto es producto de un trabajo colectivo, encabezado por Calva, que ha tenido varias etapas (incluido un congreso del CNU realizado el 8 de abril pasado). El manifiesto ha sido firmado hasta ahora por 155 de los miembros del CNU y muchos más lo firmarán en los próximos días. No fueron invitados a firmar los autores que se han convertido en servidores públicos o que son candidatos a puestos de elección popular. Entre los firmantes se encuentran varias decenas de personas muy conocidas en la vida pública más allá de los espacios académicos, pero el manifiesto, como la Colección, representan la visión, fruto del trabajo especializado de muchos años, de una parte importante de la comunidad académica del país, sobre todo, pero no sólo, de ciencias sociales, sobre los grandes problemas nacionales. En el prólogo del documento se hace un corte de caja muy breve y se expresa esperanza(extracto algunas frases):
“No sólo extraviamos el camino del desarrollo, también sufrimos un fuerte deterioro del bienestar de las mayorías nacionales. Durante el periodo 1983-2014, los salarios mínimos perdieron 71.9 por ciento de su poder de compra; los salarios en las ramas de jurisdicción federal sufrieron una caída real de 64.4 por ciento, y los ingresos medios de los campesinos se redujeron más de un tercio en términos reales; se agigantó el sector informal de la economía hasta incluir a 58 por ciento de los ocupados; y más de 30 millones de mexicanos [adicionales] cayeron en la pobreza. Nos enfilamos así hacia una grave pérdida de cohesión social, cuyas manifestaciones son cada vez más alarmantes.
“Saldremos de este túnel oscuro. El estallido de indignación emergido desde muy amplios y diversos segmentos sociales unidos en el clamor de ¡basta ya! es la expresión de la esperanza. ¿Pero qué habrá después de la oscuridad? ¿Cuál es el México posible al que aspiramos y deseamos ver a plena luz? No hay duda: la restauración de la cohesión social, de la convivencia justa y digna entre los mexicanos, exige un magno esfuerzo de inteligencia colectiva, de buena fe y de convergencia de voluntades para encontrar los caminos viables de un México mejor”.
Con la intención de acercarme a una imagen de conjunto de las propuestas del manifiesto, he elaborado un cuadro en el cual he esquematizado la mayor parte de los elementos del contenido del manifiesto, que se divide en ocho secciones más el prólogo. Por limitaciones de espacio, en el cuadro incluí sólo cinco secciones y una de ellas incompleta. En cada sección he escrito el nombre de la misma en la primera columna y, en la segunda, he dividido el contenido en dos partes: el gran reto (o propósito buscado) y lasmedidas propuestas. Quedaron fuera las siguientes secciones: IV. Cómo financiar el desarrollo económico incluyente, equitativo y sustentable;V. Cómo lograr una inserción eficiente y digna de México en los procesos de globalización y regionalización; y VII. Hacer realidad el estado de derecho y construir la democracia en México. Las dos primeras secciones son casi puramente instrumentales: medios necesarios (muy importantes pero a fin de cuentas, medios). La sección VII, en cambio, la dejé fuera del cuadro porque me pareció que, al menos en el manifiesto, este tema se había quedado corto en cuanto a lo que sería la democracia deseable, lo que se refleja en las tareas por hacer, centradas en la democracia representativa.
En la sección IV se plantean los retos gemelos de transitar a un sistema tributario moderno, capaz de proveer al Estado recursos suficientes para el cumplimiento cabal de sus responsabilidades en el desarrollo económico y social, y de construir un sistema financiero moderno. En ambos casos se proponen medidas eficaces para lograrlo. En la dimensión tributaria se propone gravar un conjunto de situaciones que actualmente no están gravadas, en beneficio de los más ricos y de sus empresas (y de las empresas trasnacionales), como los dividendos, las ganancias bursátiles, las herencias mayores a cierto monto. En la dimensión financiera se propone que el BdeM y la CNBV asuman las facultades que tienen para regular las tasas de interés y las comisiones que cobra el sistema financiero, así como muchas otras medidas muy interesantes. En la sección V lo que se plantea como reto (o propósito) es que México pase de una inserción pasiva en la globalización a una situación en la que México defina internamente, mediante políticas económicas y sociales activas, su propio estilo de desarrollo económico e inserción eficiente y digna en la economía mundial. Espero que el lector obtenga, a partir de la lectura del cuadro, una buena idea del resto de las secciones. Dejo pendiente mi descripción y observaciones sobre la sección VII sobre el estado de derecho y la democracia. El manifiesto carece de una visión explícita de todo lo que requiere trabajo adicional para hacer evidente algo que quedó claro en la presentación a la prensa de ayer.
¿Podrá el Manifiesto (y los productos complementarios que se elaboren) ser un catalizador del cambio que tanto necesitamos y que está en él tan bien planteado?

miércoles, 27 de mayo de 2015

La palabra o el arca de la memoria de Rosario Castellanos
Javier Aranda Luna
E
n la historia de México, nos dice Rosario Castellanos, hay tres figuras en las que encarnan diversas posibilidades de la feminidad. Cada una de ellas representa, según la poeta, un símbolo y ejerce una vasta y profunda influencia en sectores muy amplios del país.
Estas figuras son:
1) La Virgen de Guadalupe: la sustentadora de la vida, la protectora de los peligros que nos acechan, la consoladora, la que nos salva.
2) La Malinche, que representa algo así como lo opuesto a la anterior: la sexualidad en su forma más irracional, más irreductible a las leyes morales, más indiferente a los valores de la cultura. Es la que ejerce su fascinación de hembra, de seductora de hombres. La traidora para unos y para otros la que funda una nación, y
3) Sor Juana, la prisionera de un amor imposible que se refugia en un convento donde escribe sonetos memorables. La inteligencia como llama viva.
En una entrevista memorable Rosario Castellanos decía que la literatura también era un medio para que el escritor mostrara sus diferencias e inconformidades con su mundo.
Naturalmente una de sus principales inconformidades fue el trato que socialmente se da a la mujer. Aunque decía que no era feminista tenía claro que a lo largo de los siglos, la mujer ha sido, elevada al altar de las deidades y ha inspirado el incienso de los devotos. Cuando no se la encierra en el gineceo, en el harén a compartir con sus semejantes el yugo de la esclavitud; cuando no se la confina en el patio de las impuras; cuando no se la marca con el sello de las prostitutas; cuando no se la doblega con el fardo de la servidumbre; cuando no se la expulsa de la congregación religiosa, del ágora política, del aula universitaria.
No es casual que en su novelaBalún Canán la niña protagonista carezca de nombre y también su nana. Esta historia armada con recuerdos de su infancia en Chiapas rescata muy bien ese mundo terrible donde las mujeres son poco más que seres de segunda o mejor, son representantes del sexo vencido.
Pero el maltrato no es exclusivo de las mujeres. Los indios son tratados como bestias por los terratenientes queantes de despacharlos a la labor les descargaba sus buenos fuetazos. No como castigo sino para despabilarlos.
Los indios eran prácticamente los irredimibles en una Chiapas cardenista en la que la educación y el reparto de tierras  sólo llegó a trompicones y después de muchos muertos:
“Ellos son tan rudos que no son capaces de aprender a hablar español. La primera vez que vine a Chajtajal quise enséñale a hablar a la cargadora de la niña. Y ni atrás ni adelante. Nunca pudo pronunciar la f. Y todavía hay quienes digan que son iguales a nosotros”, dice César Argüello, el hacendado de la novela.
 No exagera la investigadora Laurette Godinaz cuando afirma queBalún Canán es una de las mejores novelas mexicanas de todos los tiempos. Una novela atravesada por la poesía donde las imágenes y la sonoridad le dan una estructura que atrapa al lector. Cuatro años después de su primera publicación de 1957, Balún Canán se ha reditado casi una vez por año. Fue la primera novela de Rosario Castellanos y el paso de esta escritora de la poesía a la prosa.
Los políticos, según Rosario Castellanos, deberían leer literatura más que historia, porque la literatura les ofrece un testimonio más vivo, mucho más completo en este continente que agoniza donde bien podemos plantar una esperanza. En estos tiempos de frivolidad política convendría escuchar a esta poeta que no ha bajado el tono de su voz.
Cacería enlatada: de tigres y leones en el panteón neoliberal
Alejandro Nadal
L
a economía neoliberal se encuentra en mal estado. Su aspecto recuerda el soneto de Percy Bysshe Shelley,Ozymandias. En él un viajero que ha recorrido tierras remotas relata su encuentro con unas ruinas: dos piernas de granito, sin tronco, yacen en un desierto. Cerca en la arena, rotas, las facciones de un rostro duermen, el labio contraído por el desdén. En lo que queda del pedestal, estas palabras: Me llamo Ozymandias, rey de reyes. ¡Aprende en mi obra, oh poderoso, y al verla desespera! Nada más permanece. Y en torno a la ruina del colosal naufragio, sin límites, se extiende la arena lisa y sola que en el principio era. (La traducción es del poeta español Leopoldo Panero).
El imperio efímero del rey de reyes es un recordatorio a todos los poderosos. La invocación en el pedestal exhorta a los que se han creído omnipotentes para que reconozcan que no sobrevivirán el embate del tiempo. Es un llamado a los ricos y arrogantes de siempre.
Frente al espectáculo desolador de estas ruinas del neoliberalismo, algún viajero futuro recordará la destrucción del mundo natural que acompañó la insolencia y altanería de un mundo en el que todo es una mercancía. Entre estos recuerdos su mente viajará obligadamente a los espacios de la mega fauna de África y Asia.
La vida silvestre se ha convertido en un lucrativo negocio en África. Búfalos, hipopótamos, rinocerontes, leones, antílopes, elefantes, cebras y docenas de otras especies son cazados cada año en esquemas de una nueva industria llamada cacería enlatada. Es una industria que ofrece satisfacción inmediata a los deseos de matar.
Si usted piensa que la cacería de leones en África es cosa del pasado, se sorprenderá cuando sepa que cada año son cazados alrededor de mil 500 ejemplares adultos. El 60 por ciento de los trofeos va para Estados Unidos (un buen porcentaje corresponde a cazadores mexicanos).
La mayoría de estos leones son cazados en terrenos cerrados que pertenecen a una empresa vendedora de lo que hoy se conoce como cacería enlatada. Los leones provienen de granjas en las que cada etapa de su crecimiento es una oportunidad de lucro. Se calcula existen unas 160 granjas de leones para cacería de trofeos, con un total de 5 mil ejemplares en cautiverio, listos para satisfacer la fantasía de algún cazador rico. La cacería propiamente dicha se lleva a cabo en terrenos cercados y frecuentemente los animales son atraídos con carnada mientras el cazador espera con su rifle de alto poder.
De cachorros los leones son usados en zoológicos infantiles para que los niños puedan acariciarlos y sacarse unas fotos. Más tarde, los jóvenes leones sirven para que los turistas paguen para salir a caminar acompañados de uno de estos grandes felinos. Ya en la vida adulta, el derecho a matarlos y obtener su cabeza como trofeo es vendido directamente (usted puede ver los precios en los anuncios en Internet). La tarifa puede alcanzar hasta 60 mil dólares, dependiendo de la edad y la melena en el caso de un león macho (ese monto no incluye guías, ayudantes y cargadores). Hasta muertos los leones sirven en aras de la rentabilidad: el polvo de huesos es vendido a intermediarios que lo colocan con minoristas que venden remedios de medicina tradicional en varios países de Asia.
Se ha dicho que la cacería de trofeos realiza una importante contribución para la conservación. Algunos funcionarios del gobierno en Sudáfrica han afirmado que esta actividad produjo más de 110 millones de dólares en 2013. Eso es equivalente a una milésima parte del valor total de las exportaciones de Sudáfrica y es una cantidad irrisoria si se le compara con las necesidades de conservación en ese país.
Los que apoyan la cacería de trofeos (y la cacería enlatada) sostienen que los recursos generados sirven a las comunidades que están cerca de las propiedades y fincas en las que se ubican las granjas de leones. Pero el Consejo internacional de cacería y conservación de vida silvestre calcula que apenas 3 por ciento de los recursos gastados por ricos buscadores de trofeos llega efectivamente a las comunidades.
Las granjas para surtir la industria de cacería enlatada no tienen nada que ver con la conservación. A la larga la cacería enlatada va a contribuir al empobrecimiento del acervo genético de estas especies. El resultado es que en unos cuantos años estaremos enfrentando la extinción de esta especie emblemática. Los leones no son los únicos afectados: la introducción de tigres en la cacería enlatada ya comenzó y se encuentra en aumento. Por supuesto, esta orgía de sangre disfraza y esconde la cacería ilegal.
Hoy la destrucción de fauna africana se lleva a cabo a un ritmo desenfrenado. Por ejemplo, cada año son asesinados ilegalmente entre 22 mil y 35 mil elefantes para quitarles los colmillos y vender el marfil en los mercados legales e ilegales de todo el mundo. ¡Unos cien elefantes diarios para alimentar el mercado mundial de marfil! Los ricos y arrogantes tendrán que ver su imagen en las ruinas del rey Ozymandias y perder su esperanza. Su altanería camina sobre pies de barro.
Twitter: @anadaloficial

lunes, 25 de mayo de 2015

La desdeñada inteligencia criminal: ¿cuántos Chilapas más?
Jorge Carrillo Olea
L
os sucesos de Tlatlaya, Iguala, Reynosa, Operativo Jalisco, Chilapa y muchos más han puesto en evidencia que los medios de inteligencia del gobierno son muy limitados en su diseño y operación. Juzgadas por separados sus agencias, quizá fueran efectivas, pero carecen de una visión de conjunto, sistémica.
En 1985 se inició el Sistema Nacional de Inteligencia con la creación del Disen, que desde ese momento anticipaba su transformación en Cisen. Con una perspectiva global, tenía una concepción de eficiencia por la vía de la especialización de las partes y la coordinación y la cooperación del conjunto. El mandato era de un enfoque sistémico, como debe ser el de la seguridad nacional.
Para entonces el crimen de gran calado ya se había acreditado como un tema de la propia seguridad nacional. Consecuentemente, un deber de la inteligencia fue servir a este segmento, pero nunca, nunca, a costas de nulificar la atención al resto de los vitales intereses de la seguridad nacional, como sucede ahora.
Era evidente en esos días (1985) cómo el cambio de ruta del narcotráfico colombiano hacia el sureste de Estados Unidos, que se hacía vía las Antillas, al ser modificado afectaba a Centroamérica y a México. Esa fue una de las razones poco explicadas de la detonación del narcoen nuestro país. Años después vendrían los maras salvatruchas salvadoreños y más delincuencia centroamericana que era generada por la explosión de violencia en esa región, con mucho auspiciada por el narco mexicano al que se asoció.
Consecuentemente, en el siguiente sexenio se proyectó crear dos centros más: 1) Cendro, que tenía a su cargo exclusivamente la tarea conducente al control de drogas, y 2) el Centro Nacional de Inteligencia Criminal (Cenic), que sólo llegó a concebirse.
El mandato del Cenic sería el desarrollo de la inteligencia criminal experta en la persecución del delito federal de gran calado, cooperando con y beneficiándose de otras agencias investigadoras federales y locales en materia de inteligencia migratoria, de comunicaciones, aduanera, financiera, militar, naval, policiaca y otros que cooperarían satelitalmente.
El propósito del Cenic sería ser el antagonista de los delitos más delicados, de mayor antisocialidad: integración de bandas gansteriles mexicanas o mixtas, tráfico ilegal de personas, secuestros, extorsiones, lavado de dinero, tráfico de armas, de precursores, terrorismo y otros delitos, de cuello blanco y no.
Cubriría además a ese nicho de delincuencia trasnacional que es la criminalidad regional, entendiéndose al sur de Estados Unidos, el Caribe y Centroamérica, sin desatender el de origen del crimen abiertamente extranjero.
Fortalecería sus condiciones de relación con los organismos internacionales especializados como Interpol y Europol y los homólogos de otros países, con los que se habían llevado relaciones poco significativas y casi siempre con un carácter subordinado.
Con el Cenic se proyectaba ingresar en el club de la inteligencia de señales, que entonces era exclusiva de las grandes potencias pero confluía ya como una meta factible. Ya se había demostrado con la innovación informática de Cisen y Cendro que éramos plenamente capaces de manejar alta tecnología.
Hoy la explotación de la inteligencia satelital y el uso de drones plenamente nacionales y autónomos sigue siendo una fantasía. Nos beneficiamos de ellos cuando conviene a Estados Unidos, pero siempre se da sometido a su interés.
Los gobiernos posteriores no recogieron el modelo de un Cenic. Se desestimó el proyecto. Se despreció la idea y con el tiempo se creó la costosísima Plataforma México, que resulta por lo menos mal ubicada, ya que no sirve a la PGR en sus tareas de persecución del delito, sino a la Secretaría de Gobernación, que así resultó sustituta parcial de la menguada procuraduría, si no véase hoy (22 de mayo) lo que pasa en Chilapa.
La concepción del gobierno actual sobre una supuesta inteligencia criminal fue simple y corta. No identificaron que el gran crimen es tarea de la seguridad nacional, pero que es sólo una de tantas: supuso que era ingenioso el transformar al inconcluso sistema nacional de inteligencia en una comisaría del crimen. Así nos ha ido.
Esa visión tuvo dos efectos: 1) anular un esfuerzo de 30 años por lograr un recurso de inteligencia indispensable, de carácter integral; 2) improvisar la corresponsabilidad de esfuerzos sin especialización en la tarea criminal, con los trágicos resultados vistos, logrando así el ejercicio inarmónico, desintegrado, del aparato costoso y poco eficiente que hoy padecemos.
Pensar en una revisión, en una recomposición, en la aceptación de que todo es perfectible, sería ilusorio. Este gobierno nunca se equivoca. Lo que trasciende como preocupación que va más allá del hoy y del mañana inmediato es si seguiremos patrocinando una práctica deforme, costosa e ineficaz, con los altísimos daños políticos, jurídicos, humanos y financieros que produce. Así, nos esperan altos costos y largos plazos de frustración. ¿Cuántos Chilapas más?
Políticos racistas y pueblos indígenas
Francisco López Bárcenas
E
l pasado 23 de abril, un grupo de indígenas mexicanos acudió al Instituto Nacional Electoral (INE) a exigir la creación de una sexta circunscripción electoral, que les permita elegir diputados y senadores indígenas sin recurrir a los partidos políticos. Encabezados por Hipólito Arriaga Pote, quien se ostentó como gobernador nacional de los pueblos indígenas de México, los peticionarios fueron atendidos por el doctor en investigación de teoría política por la Universidad de Turín, Italia, Lorenzo Córdova Vianello, presidente de ese instituto, quien después de escucharlos les explicó lo improcedente de su demanda, porque las leyes electorales no contemplan ese tipo de elecciones. Dentro de la orientación que les brindó parece que no les recomendó acudir a la Cámara de Diputados, donde desde hace décadas existen varias iniciativas para crear la sexta circunscripción electoral, donde se podrían elegir representantes indígenas y migrantes.
Lo que tampoco les dijo, aunque seguro lo pensó, lo comunicó el día siguiente al licenciado Edmundo Jacobo Molina, secretario ejecutivo del INE, en una conversación telefónica entre ambos. Refiriéndose a quien encabezaba el grupo de indígenas con que se reunió, utilizando un lenguaje florido, expresó: “No mames, cabrón: es que desde las dramáticas reuniones con los padres de Ayotzinapa hasta esto, había un mundo. No voy a mentir. Te voy a decir cómo hablaba ese cabrón: ‘Quiobo, jefe gran nación chichimeca. Vengo Guanajuato. Yo decir a ti, o diputados para nosotros o yo no permitir tus elecciones’”. Después de su fingimiento de voz, volvió a su tono normal y entre risas agregó: “Yo no sé si sea cierto que hable así, cabrón. Pero vio muchoLlanero Solitario, cabrón [...] Nada más le faltó decir: ‘Yo, gran jefe Toro Sentado. Líder chichimeca’. No mames, cabrón, no mames. No, no, no; de pánico, cabrón. O acabamos de aquí divertidos, o acabamos en el siquiatra de aquí”.
La conversación, filtrada al público el 19 de mayo pasado, tuvo reacciones de políticos que los pintan de cuerpo entero en su desprecio por los pueblos indígenas y sus derechos. El INE se manifestó indignado por la filtración y exigió a las autoridades competentes una investigación exhaustiva para deslindar responsabilidades. Por su parte, el autor de las declaraciones se inconformó por la intervención ilegal de conversaciones telefónicas privadas; calificó sus palabras de desafortunadas e irrespetuosas, ofreció una disculpa a quienes se hayan sentido ofendidos por ellas, afirmando que quienes las filtraron, buscaban desprestigiar la institución que encabeza. Los representantes de los partidos mayoritarios en el INE le brindaron su apoyo como si se le estuviera agrediendo. Nadie dijo nada de la ofensa a los pueblos indígenas. Y eso que ellos introdujeron en la Constitución federal la prohibición de la discriminación y aprobaron una ley para sancionarla.
Habiendo tantos asuntos de los cuales ocuparse este es el que menos debería interesar. Pero interesa porque no es un hecho privado, como pretende el ilustrado presidente del INE, pues sus comentarios se refieren a un acto público, quienes conversan son funcionarios públicos y se refieren a un amplio sector social que demanda se respeten sus derechos, razones suficientes para que trasciendan la pretendida privacidad. Tampoco se trata de un hecho aislado. Como se recordará, el 4 de marzo del año pasado, en gira por el estado de Puebla, la titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas calificó de raros algunos nombres de pueblos indígenas y pronuncióTezugüitlán en lugar de Teziutlán;Tetelés de Avilez en lugar de Teteles de Ávila Castillo, y Atempán, en lugar de Atempan. Podríamos seguir dando ejemplos, pero es suficiente para mostrar las actitudes racistas de los políticos escondidas tras pretendidos actos privados.
Este tipo de conductas de los políticos responsables de los asuntos públicos del país hacia los pueblos indígenas no pueden pasarse por alto, pues aunque no fueran intencionadas –y tal vez por eso– reflejan lo que piensan de este sector de la sociedad. En su pensamiento y su ideología no importa que la nación sea pluricultural y que el sustento de este rasgo sean los pueblos indígenas, como reza la Constitución federal. Tampoco importa que tengan derecho a la autonomía y como parte de ésta a decidir sus propias formas de gobierno. Para ellos, como para los colonizadores hace más de 500 años, o los liberales en los siglos pasados, los pueblos indígenas siguen siendo un lastre con el que hay que terminar para poder desarrollarnos como país. Lamentablemente para ellos, los pueblos indígenas siguen siendo orgullosamente indígenas y también mexicanos, y lo demuestran en su lucha diaria. Ellos sí quieren a México y tienen propuestas para salvarlo de la crisis por la que atraviesa.
Un país de prisioneros
Hermann Bellinghausen
¿D
e qué tamaño es la democracia que tenemos, si alguna? ¿Del tamaño de la celda de aislamiento de la comandanta tlapaneca Nestora Salgado? ¿O de la inmensa estepa verde virtual de votos a millones, levantados con una inversión fastuosa en tierras de miseria, para perpetuar un simulado parto de los montes? ¿Cuál libertad hay, hasta cuánto aguanta? La cantidad de prisioneros sin fundamento legal que son activistas o representantes de alguna resistencia regional o humanitaria, frecuentemente indígena, habla de un estado de sitio contra las comunidades. El mapa de castigos y escarmientos para los que no se dejan saquear o explotar es muy vasto: Sonora, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Baja California, Chiapas, Veracruz, Jalisco (usted agréguele).
Para ellos hay de tres sopas: o se aplacan (la corrupción ayuda; el miedo también); o van al bote, y gacho. O se mueren y su destino son las fosas y las estadísticas. Los pueblos y sus territorios se encuentran asediados por la contrainsurgencia, la delincuencia profesional o la avaricia legalizada de grandes inversionistas. Ante tan poderosos propósitos la disidencia no puede ser tolerada. Sean Mario Luna (representante de la tribu yaqui), Marco Antonio Suástegui (líder guerrerense contra la hidroeléctrica La Parota) o Damián Gallardo (profesor mixe, defensor de las comunidades y chivo expiatorio para satisfacer al empresario Gerardo Gutiérrez Candiani), todos sirven de ejemplo. Antes digan que siguen vivos, aunque a Nestora sí la tengamos en peligro. Al que se mueve le toca. Hace no mucho eran los comuneros de Atenco, los zapatistas y sus simpatizantes. Hoy aparecenescarmientos donde sea. Cada gobernador es un sátrapa cojo, que se cuadra a los empresarios y los narcos, pero que contra indios y campesinos siempre cree que puede. Pregunten a los sonorenses, mexiquenses, guerrerenses, poblanos, bajacalifornianos. Se les hace fácil soltar jaurías y echar a andar largos procesos vengativos bajo disfraces judiciales que ofenderían la inteligencia si no ofendieran además la dignidad de los pueblos. Independientemente de su IQ, tienen garantizada la impunidad. El estilo es federal, a reserva del costumbrismo local. Cuentan con estos cuates de confianza, los jueces. Quienes se las verían duras a no ser por esa gran peña de cuates que es el aparato legislativo-partidario que aguada las leyes, las hace prácticas. ¿Quién discutirá en serio el ilegal Acuerdo Transpacífico? Nadie.
Los presos eso están, presos. Y no se crean la versión oficial y contra ONU y Papa de que la tortura esesporádica y por mera indisciplina. Es un sistema integrado al aparato de justicia, está en su naturaleza, y como el alacrán con la rana. Tortura es golpiza, llamadas raras, miedo, linchamiento público. Tortura los interrogatorios. Las celdas de aislamiento como la de Néstora Salgado, que es torturada ahora mismo y todos lo saben. Tortura colectiva es el secuestro, la leva o la desaparición de uno de los nuestros.
No necesitan de una dictadura formal con generalotes y suspensión de las garantías ciudadanas, ni persecución de intelectuales, clases medias y proletarios organizados. Estos que opinen, ladren, bloqueen calles. Ya les tocará. O no. Nunca están a salvo mujeres, estudiantes, damnificados ni periodistas. Tenemos una dictadura que tolera, a regañadientes, cierta prensa crítica, pero no descuida la oportunidad de estrangularla. Proceso es un dolor allí donde te dije, pero se defiende con un mercado real y propio. A Carmen Aristegui no le dejan margen en la maraña de triquiñuelas con nombres muy técnicos. A La Jornada los falsos amigos y sus resentidos compañeros de viaje no dejan pasar la ocasión de clavarle agujas de vudú. (Uy).
Defender y crear nuestros espacios, no queda de otra. Necesitamos salidas anchas para la información incómoda. Por ello es importante que un medio electrónico como Desinformémonosanuncie su retorno a la red para el próximo primero de agosto, luego de cosechar en su actual plataforma más de 850 mil seguidores en todo el mundo (y contando) por Facebook.
Para los comunicadores el carril está bien definido. Para los intelectuales y científicos más discretamente. Los políticos profesionales son parte del juego. Un puñado (puñadote tal vez) de millonarios controla el mercado de lo que sucede, y de lo que se diga en el arte, los laboratorios, los viajes de conquista y en especie. Allí no necesitan obedecer, con que acaten y creen, o crean que crean. Y si no acatan, a lo mejor la libran. Un artista puede vender y ser revoltoso.
La multitud de inconformidades, resistencias, protestas, aguantes y rabias que atraviesan a México por abajo son demasiadas, y sin embargo no logran su objetivo, en un medio reventado por la violencia. Somos una economía abierta y de moda. Y a la vez compartimos estadísticas estelares con Irak y Siria en materia de muertes por conflictos. La masacres ya hasta tienen orden alfabético. Somos un experimento autoritario.
Siembra
Gustavo Esteva
H
ubo buena siembra en Guadalajara esta semana. Se dejaron sentir ecos del semillero.
Del 20 al 22 de mayo se llevó a cabo el simposio Educar para vivir bien, vivir bien para educar, organizado por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, en Guadalajara.
La convocatoria fue clara. El punto de partida fue una crítica explícita de los empeños desarrollistas occidentales y sus consecuencias, en medio de una crisis civilizatoria y de cambio de época. Su llamado a reflexionar sobre el buen vivir tampoco dejaba lugar a dudas. Se trataba de recoger el guante arrojado por pueblos indígenas del sur del continente para plantear un nuevo orden social que sea un proyecto de vida, de la vida, por la vida y para la vida, lo que implica una relación armónica con la madre tierra, el reconocimiento del valor de la diversidad y el diálogo intercultural, la construcción de nuevas relaciones sociales, el fortalecimiento y expansión de las autonomías y muchos otros elementos.
Entre los cientos de asistentes hubo educadoras, educadores y estudiantes de diversas partes de México, pero también miembros de organizaciones sociales y movimientos populares, pueblos indígenas y campesinos y ciudadanas y ciudadanos de muy diversas procedencias. En las conferencias se dejaron oír voces de Bolivia, Ecuador y Paraguay, junto a la de Carlos González, del Congreso Nacional Indígena. Tanto él como yo acabábamos de estar en el Semillero de San Cristóbal y traíamos el impulso de siembra que nos dejó el seminario sobre el pensamiento crítico ante la hidra capitalista. Hubo preguntas expresas sobre lo que ahí había pasado y, por tanto, la oportunidad de hablar del semillero.
Circuló por el evento, continuamente, una clara conciencia del contexto en que tenía lugar. No estamos en condiciones normales. Es imposible cerrar los ojos a una realidad dramática que nos acosa desde todas las direcciones. Si alguna duda quedara, mientras tenía lugar la última sesión del simposio empezaron a llegar informaciones sobre los 42 muertos de Tanhuato de Guerrero, a unas horas del lugar en que estábamos.
La reunión fue a la vez expresión de los aires que corren actualmente por el país y por el mundo, y demostración de que existe suelo fértil para sembrar en él las semillas del cambio y del compromiso social y político. Numerosas ponencias y una docena de talleres ofrecieron pruebas claras de la posibilidad de combinar el rigor académico y analítico con manifestaciones sólidas de la lucha social. Fue posible someter a análisis numerosas experiencias, realizadas en diversas partes del país, en que diversas experimentan nuevas formas de aprender y vivir para resistir las condiciones adversas que afectan cada vez más a todas y a todos.
Se logró de sobra la intención de dialogar sobre el significado del buen vivir en México y en el mundo, y reflexionar sobre el papel de la educación en el empeño de darle realidad. Se examinó con toda seriedad el desafío de enfrentar las condiciones de vida materiales y espirituales cada vez peores que enfrenta la mayoría de la gente, y las maneras en que se construye un mundo en que cada grupo define y lleva a la práctica su propia noción de la vida plena, es decir, un mundo en que caben muchos mundos.
La última sesión del evento permitió escuchar la voz de todas y todos los asistentes, reunidos en pequeños grupos de discusión. Fueron voces enteras y conscientes, renovadas por lo ocurrido en el simposio. Una encuesta de lo que pensaban al terminar mostró que la inmensa mayoría se sentía inclinada a crear algo nuevo, más que a adecuar, adaptar, acomodar o reformar lo existente. En la concepción de programas de educación o aprendizaje, 90 por ciento de quienes participaron destacaron la necesidad de concentrarse en aprendizajes significativos para quienes aprenden, más que en los contenidos estándar prescritos desde arriba y desde afuera. Hubo consenso casi total en que los espacios educativos deben ser ante todo lugares en que se aprende, rompiendo así con la convicción convencional que pone énfasis en la enseñanza, en la transferencia programada de conocimientos y saberes.
La mayor parte de las personas que participaron, muchas de escuelas y universidades públicas o privadas y con responsabilidades ante grupos de diversas edades, salieron de la reunión con el ánimo en alto, decididas a poner en práctica lo aprendido y comprometido en los días del simposio, y conscientes de los riesgos que eso implica. Estar vivo, se dijo en algún momento, es estar luchando. La lucha en todas las trincheras implica inevitablemente enfrentarse a un sistema opresor cada vez más autoritario y violento. Un número creciente de personas se sigue ubicando en ellas para hacer lo que a cada quien le toca, al nutrir la esperanza colectiva con el abono de la acción personal organizada y comprometida.


La otra guerra sucia
Carlos Fazio
E
n diciembre de 2006 el presidente Felipe Calderón anunció su estrategia de seguridad y ordenó a las fuerzas armadas combatir a la llamada delincuencia organizada. Con ello autorizó, en tiempos de paz, el uso de efectivos militares en tareas exclusivas de las fuerzas de seguridad pública, principalmente policiales. También militarizó a las policías. La utilización del Ejército, la Marina y las policías militarizadas en funciones de orden público no fue precedida de una declaratoria de estado de emergencia, única forma constitucional mediante la cual pueden limitarse ciertos derechos y libertades fundamentales. La guerrade Calderón no contempló límites al uso de la violencia legítima del Estado, y ello derivó en que unas fuerzas armadas entrenadas para el aniquilamiento del enemigo cometieran flagrantes violaciones a los derechos humanos, que en su inmensa mayoría no han sido investigadas y sancionadas y quedaron impunes. Fue hasta el último año de su mandato (2012) que el Presidente emitió protocolos para regular el actuar de los efectivos militares, que no satisficieron el principio de legalidad ni regularon de manera adecuada el uso de la fuerza.
Esa estrategia de seguridad cuenta con diversas políticas que han propiciado o permitido −hasta el presente− la comisión de delitos por integrantes de las llamadas fuerzas del orden, entre ellos detenciones arbitrarias, la práctica sistemática de la tortura, la desaparición forzada de personas y ejecuciones sumarias extrajudiciales. En general, los medios de difusión masiva han presentado de manera acrítica la visión gubernamental, según la cual losabatidos (muertos) producto de la estrategia contra la delincuencia sonsicarios o criminales, y no civiles cuya presunta responsabilidad en un hecho ilícito debía haber sido sometida a la justicia.
Calderón exhibió como modelo exitoso de seguridad al estado de Baja California, una de las primeras entidades en ser escenario de los llamados operativos conjuntos (de militares y policías). El accionar de los militares en tareas policiales contó con el apoyo del sector empresarial. En 2009, en un acto inconstitucional, el entonces gobernador José Guadalupe Osuna nombró al comandante de la segunda región militar, general Alfonso Duarte Múgica, como mando único policial. En Tijuana fungía como secretario de seguridad pública municipal el teniente coronel Julián Leyzaola, quien llevó a cabo una política de depuración policial.
La coordinación entre mandos militares y policías (con formación castrense) fomentó el uso de la figura del arraigo con propósitos de tortura. Distintas investigaciones dan cuenta de que autoridades de los tres órdenes de gobierno tuvieron participación directa en actos de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes. El pasado 11 de marzo, La Jornada informó que en el periodo 2009-2011 el general Alfonso Duarte Múgica encabezaba personalmente allanamientos y cateos ilegales, detenciones arbitrarias, tortura y siembra de pruebas contra personas capturadas por hombres encapuchados −el llamado comando negro− pertenecientes al Grupo de Inteligencia Militar de la segunda región militar (que abarca Baja California, Baja California Sur y Sonora).
También existen expedientes que con­signan que el teniente coronel Ley­zaola y Gustavo Huerta Martínez, un ex capitán del Ejército que despachaba como director operativo en la secretaría de seguridad pública de Tijuana, utilizaban las instalaciones del 28 batallón de infantería, situado en El Aguaje de la Tuna, para torturar prisioneros. Documentos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dan cuenta de que a los detenidos se les cubrían los ojos con cinta adhesiva, se les ataba de pies y manos, los golpeaban, los sometían a ahogamiento con agua (waterboarding), les aplicaban toques eléctricos en distintas partes del cuerpo, incluyendo los genitales, y les colocaban bolsas de plástico en la cara con el fin de provocarles una sensación de asfixia. También sufrían violencia sicológica (escenificación de fusilamientos, torturas a hijos, etcétera) y recibían amenazas de que los matarían y tirarían sus cuerpos en una vialidad principal de la ciudad de Tijuana, con un letrero que dijera que pertenecían a la maña. Con cuerpos destrozados a golpes y balazos, el Bulevar 2000 era el escenario favorito para el montaje de crímenes atribuidos a la delincuencia.
El modelo Tijuana pronto se extendió a Chihuahua, Michoacán, Veracruz, Tamaulipas, Coahuila, Guerrero, Nuevo León y Jalisco. En la repetición deliberada y regular de esemodus operandi −que incluye una estrategia o patrón de conducta similar, para nada fortuito, accidental o casual, sino planificado−, se utilizan recursos humanos y materiales, públicos y privados (en particular personal militar y policial, instalaciones castrenses, vehículos y armas de alto calibre), y también drogas y armas de uso exclusivo del Ejército que son sembradas para fabricar pruebas e implicar falsamente a los detenidos con la delincuencia organizada.
Entre otros propósitos, dicha política sistémica de Estado tiene como fin construir a toda costa una historia de éxito en el combate a la delincuencia: Vamos ganando la guerra por goleada, se ufanaba Calderón, y repite ahora con una narrativa menos triunfalista, y tampoco creíble, el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido.
La estrategia descrita tiene como base la Directiva para el Combate Integral al Narcotráfico 2007-2012, elaborada por la Secretaría de la Defensa Nacional, cuyos responsables operativos, siguiendo la cadena de mando, son los jefes de las regiones, zonas, guarniciones y unidades militares. Todos tienen amplia libertad de acción y don de mando para realizar acciones contundentes contra sus objetivos. Ergo, enemigos a exterminar. Eso explica Tlatlaya, Iguala, Apatzingán, Villa Purificación, Ecuandureo, Tanhuato.


Bárbaros en el poder
John M. Ackerman
L
os comentarios racistas del titular del Instituto Nacional Electoral (INE) y la nueva masacre en Michoacán constituyen dos caras de la misma moneda. Somos malgobernados por autoridades sin el menor respeto para la dignidad humana o el estado de derecho. Como El Llanero Solitario, los representantes del Estado mexicano constantemente se burlan de y ejecutan a sangre fría a los ciudadanos más humildes. Como viles bárbaros, desprecian la cultura milenaria del pueblo mexicano y aplican la justicia por propia mano sin consideración alguna para el debido proceso o los derechos humanos.
La masacre de Tanhuato es la consecuencia natural de la imposición de un gobierno militar de facto en los estados de Jalisco y Michoacán. Los generales Felipe Gurrola, comisionado para la Seguridad en Michoacán, y Gustavo González, coordinador de la Operación Jalisco, son las verdaderasautoridades en aquellos estados. Ellos reportan directamente al secretario de la Defensa Nacional y, por medio del mismo, a Enrique Peña Nieto como comandante en jefe de las fuerzas armadas.
A los mandos militares no les interesa investigar delitos o detener criminales, sino sólo eliminar a sus adversarios. El saldo de 42 civiles muertos, sin un solo herido, demuestra que la autoridad disparó a matar o, en su caso, remató posteriormente a los heridos con tiros de gracia. Aun si fuera cierto que las víctimas agredieron primero a los policías, es imposible creer que haya sido necesario ejecutar a todos y cada uno de los agresores para poder desarmarlos. Ello, concatenado con el hecho de que solamente hubo un muerto del lado de la autoridad, indica que lo que realmente ocurrió no fue unenfrentamiento entre dos bandos, sino un brutal asalto armado.
Tal como ya ha ocurrido en Tlatlaya, Ayotzinapa y Apatzingán, nos encontramos frente a un probable crimen de lesa humanidad cometido por fuerzas del Estado mexicano. Cada día se abulta más el expediente en la Corte Penal Internacional en La Haya, originalmente elaborado contra Felipe Calderón, pero que ahora también incluye un amplio capítulo sobre el sexenio de Peña Nieto.
Ahora bien, la tesis de que Lorenzo Córdova haya sido víctima deespionaje telefónico por parte del Partido Verde es igual de inverosímil que la versión del enfrentamiento en Tanhuato. Córdova debe su puesto a Los Pinos y ha sido perfectamente leal al gobierno desde su llegada a las oficinas de Viaducto Tlalpan. Al régimen no le conviene que se desprestigie de esta manera a una de sus principales fichas en el juego de simulación democrática. En su caso, hubiera sido suficiente una simple llamada telefónica de su amigo Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia, para orientar el voto del joven consejero presidente.
El comportamiento de Córdova a raíz de la divulgación de su vergonzosa conversación con Jacobo Molina ofrece algunas pistas. Su primer reflejo fue pedir auxilio a sus amigos de Televisa. Otorgó una extensa entrevista al locutor principal de la televisora, Joaquín López Doriga, y presentó una denuncia penal ante la PGR, dirigida por Arely Gómez, hermana del vicepresidente de Noticieros Televisa. El próximo día, Córdova observaría pasivamente, mientras el pleno del INE redujo la suspensión de propaganda televisiva para el Partido Verde de 12 a tres días y envió a la congeladora la solicitud de retiro de registro para el mismo partido.
Llama la atención que Córdova no se ha atrevido a señalar a nadie en particular como autor de las supuestaspresiones a que estaría sometido ni ha aceptado pregunta alguna de los medios de comunicación en sus dos apariciones públicas sobre el tema. También hay que tomar en cuenta que, de acuerdo con la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información, el contenido de la conversación divulgada es estrictamente información pública, tal como lo ha demostrado con gran claridad la doctora Irma Eréndira Sandoval (véase: http://ow.ly/Nm1bb ).
Todo apunta a que los comentarios racistas de Córdova no fueron divulgados por alguien ajeno al INE con el fin de desprestigiar a la institución electoral, sino más bien por una persona dentro del mismo instituto, indignada por los constantes abusos e improvisaciones del consejero presidente. Si ello fuera el caso, Córdova no sería víctima de un acto deespionaje a su vida privada, sino sólo exhibido como un funcionario público incapaz por medio de unafiltración totalmente legítima.
Así como fortalece la rendición de cuentas conocer las propiedades millonarias de la esposa y de los secretarios de Peña Nieto, también fortalece la democracia tener más información sobre cómo los funcionarios llevan a cabo sus labores y perciben a los ciudadanos. Es preocupante observar cómo otrora defensores de la transparencia gubernamental hoy protegen a sucándido e ingenuo amigo funcionario de la lupa ciudadana.
México solamente cambiará cuando todos seamos capaces de superar nuestras filias y fobias para trabajar juntos por el establecimiento de una verdadera transparencia y un efectivo estado de derecho, donde absolutamente todos los funcionarios públicos estén obligados a respetar, defender y rendir cuentas a la ciudadanía.
Repudio total al asesinato político de Enrique Hernández Salcedo. ¡Justicia ya!
Twitter: @JohnMAckerman

domingo, 24 de mayo de 2015

¿Estamos en Suiza?
Guillermo Almeyra
L
a inmensa mayoría de los que discuten sobre cuál debe ser la actitud de los ciudadanos ante las elecciones del 7 de junio dan la impresión de estar ponderando las opciones en un estado de derecho y en una situación normal.
México, sin embargo, no es Suiza o Suecia: es un país donde el gobierno está en guerra contra su propio pueblo y ocupa permanentemente con los militares casi todo el territorio nacional. Es un semi-Estado en descomposición moral y política donde la camarilla que gobierna es ilegal e ilegítima, llegó a sus cargos mediante el fraude y debe enfrentar diversos poderes armados que van desde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, las policías comunitarias y las autodefensas, por un lado, hasta los diversos cártelesdelincuenciales, por el otro.
México es un país donde los capitalistas que gobiernan están llevando a cabo una feroz ofensiva contra el nivel de vida –que siempre fue miserable, pero que empeora rápidamente– de la inmensa mayoría de la población, en alianza con la parte muy cuantiosa del capital invertida en el narcotráfico, la trata de personas y de órganos, así como el contrabando de armas. Todo esto constituye desde el punto de vista electoral un inmenso fraude generalizado y sexenal, con una endeble máscara de legalidad constitucional, y anula la posibilidad de libre expresión y de libre elección por los ciudadanos comunes.
Las llamadas elecciones son simplemente una maniobra para tratar de dar una apariencia de legalidad a la pequeña camarilla que decide todo, está desmantelando las conquistas democráticas obtenidas por la Revolución Mexicana, entregando los recursos del país (el petróleo, el agua misma) a las trasnacionales y destruyendo las bases de un Estado independiente porque ya no hay mucha diferencia entre la situación político-económica de una colonia como Puerto Rico y la de México.
En México no es creíble simular hacer elecciones normales cuando hay decenas de miles de muertos, otras tantas de desaparecidos y una parte importante del aparato estatal –que incluye altos jefes militares y policiales y autoridades municipales y estatales– es socia de los delincuentes o está comprada por éstos.
Por eso estas elecciones no son más que una redistribución formal de los puestos entre los servidores del poder de una camarilla oligárquica, una farsa comicial fraudulenta y nula. De esta maniobra para la opinión pública internacional saldrá un PRI-PAN triunfante y muy mayoritario y habrán migajas para los paleros con camiseta doble. Es ridículo creer que esa maniobra se puede torcer presentando una opción que acepte el régimen y sus reglas amañadas.
Allí donde sea posible, gracias a las movilizaciones y al nivel de conciencia en la región, la farsa debe ser impedida, reduciendo al mínimo la cantidad de participantes en la misma y demostrando así, a los ojos de México y del mundo, que losganadores, si los votos válidos no superan 30 por ciento entre todos los grupos participantes, no representan en realidad sino 10 o 15 por ciento de los votantes (y eso incluso con el clientelismo y la compra de votos).
Aunque los gobiernos extranjeros felicitarán en ese caso a la camarilla ilegítima de Los Pinos, en sus embajadas el personal podrá ser siniestro, pero no es pendejo, sabe contar e informará sobre cómo leer las elecciones. Como plantean los familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa y los maestros democráticos, entre otros, en Guerrero, Michoacán o Oaxaca es posible y necesario hacer propaganda mediante manifestaciones y bloqueos a favor del boicot a estas elecciones fraudulentas que se realizan con las víctimas de esta dictadura disfrazada apenas enterradas o todavía desaparecidas y con los asesinos libres.
En otros estados de la República, en cambio, quizás no exista una relación de fuerzas tal que permita el boicot. En tal caso, la regla debería ser escoger una táctica que permita al mayor número posible de trabajadores y demócratas avanzar en su organización y en su conciencia, sea eligiendo entre los candidatos alguno con una trayectoria digna, sea organizando la anulación masiva de los sufragios o mediante la abstención, para que salga a luz la soledad de los supuestos triunfantes.
Es cierto que, en principio, la abstención o la anulación del voto favorecen a los servidores de la oligarquía. Éstos mantendrán sus puestos en las gobernaciones, los municipios y las cámaras. Pero lo verdaderamente importante no es la agitación de estas marionetas en los tinglados de las instituciones totalmente desprestigiadas del semi-Estado. Es la organización en la lucha contra el fraude de las víctimas del sistema y de esta maniobra electoral de la oligarquía gobernante. Es la reducción al máximo de los votos válidos que demostrará la orfandad absoluta de los ocupantes del aparato del Estado que quieren con estos comicios aparecer ante el mundo como si fuesen democráticos y respetuosos de una Constitución que pisotean todos los días.
Lo que decide no son las urnas, sino reforzar el triunfo de los jornaleros de San Quintín obligando a los patrones y al gobierno a pagarles los 200 pesos por día de trabajo de ocho horas o apoyar la lucha de la tribu yaqui y del conjunto de organizaciones que la respaldan hasta asegurar el fin de la represión y garantizar que el agua, bien común y derecho humano por excelencia, no será entregada a los capitalistas para que lucren con ella a costa de las necesidades de indígenas y campesinos.
Las elecciones no son el objetivo sino para los oportunistas. Son en cambio un terreno de lucha para aumentar la organización y la seguridad en sí mismos de los que ya han elegido en su fuero interno imponer la justicia y la democracia echando a los espurios y corruptos que ocupan los puestos de este semi-Estado y sirven a Estados Unidos.

viernes, 15 de mayo de 2015

Crisis y colapso: desafío inédito
Raúl Zibechi
U
na de las dificultades que afrontan los movimientos antisistémicos y quienes seguimos empeñados en construir un mundo nuevo consiste en que no logramos acertar en la definición de lo que está sucediendo ante nuestros ojos. A grandes rasgos, coexisten dos miradas no necesariamente contrapuestas, pero bien diferentes: quienes sostienen que estamos ante una crisis, mayor aún que las crisis cíclicas de la economía capitalistas, y los que tendemos a considerar que la humanidad está siendo llevada a una situación de colapso por el sistema.
Entiendo que se trata de un debate teórico con fuertes implicaciones prácticas, ya que estaríamos ante dos situaciones bien diferentes. Vale recordar que en otros periodos de la historia reciente, el ascenso del nazismo por ejemplo, provocó hondas divergencias entre las izquierdas de la época. No pocos desconsideraban la importancia del nazismo como una verdadera mutación sistémica, y pensaban que se trataba de un régimen autoritario similar a otros que habíamos conocido. Sin embargo, con el paso del tiempo podemos coincidir con Giorgio Agamben en que el campo de concentración modificó de raíz la política, junto a lo que definió como estado de excepción permanente.
El seminario-semillero El pensamiento crítico ante la hidra capitalista, organizado por el EZLN del 3 al 9 de mayo en Oventic y San Cristóbal de Las Casas, fue escenario de las diversas miradas que nos atraviesan. De ahí, en gran medida, su extraordinaria riqueza y fecundidad. En el campo anticapitalista coexisten muy diversos análisis sobre el mundo actual, algunos bien fundamentados, otros más románticos, algunos focalizados en la economía y otros en la ética, y muchos otros son combinaciones de estas y otras formas de mirar y comprender. Creo que todas ellas tienen su importancia, pero conducen por senderos parcialmente distintos. O, mejor, pueden contribuir a dilapidar fuerzas.
Lo más complejo es que nadie puede proclamar tener la verdad en sus manos. Este punto me parece extraordinariamente complejo, porque no permite descartar ninguna propuesta, pero tampoco nos puede llevar a dar por válido cualquier argumento.
Me parece necesario distinguir entre crisis y colapso, no porque sean excluyentes, sino porque encarnan dos análisis distintos. El concepto de crisis está asociado, en el campo antisistémico, a las crisis periódicas que atraviesa la economía capitalista. En este punto, la obra de Karl Marx es referencia obligada para los anticapitalistas de todos los colores. Su análisis de la crisis de sobreacumulación se ha convertido, con entera justicia, en el nudo para comprender cómo funciona el sistema. De ahí deriva un conjunto de consideraciones de estricta actualidad.
Aunque algunas corrientes economicistas han acuñado la idea delderrumbamiento del capitalismo por sus propias contradicciones internas, desconsiderando la importancia de los sujetos colectivos en su caída, es evidente que Marx no es responsable de esta deriva que supo tener firmes adeptos en la primera parte del siglo XX.
En la misma dirección que Marx, Immanuel Wallerstein menciona la existencia de una crisis sistémica en curso, que, luego de varias décadas de desarrollo, dará lugar a un mundo diferente al actual (ya que en cierto momento se producirá una bifurcación), que puede conducirnos a una sociedad mejor o peor que la actual. Estaríamos ante una ventana de oportunidades temporal, durante la cual la actividad humana puede tener gran confluencia en el resultado final. En este análisis, la crisis se convertirá en caos, del que saldrá un nuevo orden.
La idea de crisis está asociada a periodos de cambios, desorden, inestabilidades y turbulencias que interrumpen el desarrollo normal de las cosas, para luego de cierto tiempo volverse a una nueva normalidad, pero modificada.En las crisis pueden emerger factores de orden que darán a lo nuevo una diferente fisonomía. Desde el punto de vista de los movimientos, es importante destacar dos cosas: que el concepto de crisis está demasiado asociado a la economía y que aparece ligado a transformación y cambios.
Si entendí bien, siguiendo las palabras del subcomandante insurgente Moisés, quien dijo en el cierre del seminario-semillero que no sabemos si nos va a dar tiempo de multiplicar esto, lo que se avizora no es una crisis, sino algo más serio. Insistió: el tiempo nos está ganando, y dijo que ya no alcanza con caminar, sino que es hora de trotar, de ir más de prisa. La noche anterior elsubcomandante insurgente Galeanodijo que hasta 40 por ciento de la humanidad será migrante y que habrá despoblamiento y destrucción de zonas para ser restructuradas y reconstruidas por el capital. Creo que no pensaba en una crisis, sino en algo que podríamos llamar colapso, aunque no usó el término.
El colapso es una catástrofe a gran escala que implica el quiebre de instituciones, en forma de ruptura o de declinación definitiva. En la historia hubo muchas crisis pero pocas catástrofes/colapsos. Por ejemplo se me ocurre lo sucedido con el Tawantinsuyu, el imperio incaica, a raíz de la llegada de los conquistadores. Algo similar puede haberle sucedido al imperio romano, aunque no tengo los conocimientos suficientes para asegurarlo. En todo caso, el colapso es el fin de algo, pero no el fin de la vida, porque, como sucedió con los pueblos indios, luego de la catástrofe se reconstruyeron, pero como sujetos diferentes.
Si en verdad estamos ante la perspectiva de un colapso, sería la suma de guerras, crisis económicas, ambientales, sanitarias y naturales. Apenas un dato: la Organización Mundial de la Salud advirtió que los antibióticos serán incapaces en el futuro inmediato de combatir las superbacterias causantes de tuberculosis y neumonía, entre otras. En suma, el mundo tal como lo conocemos puede desaparecer. Si esta es la perspectiva inmediata, y los de arriba lo saben y se preparan, las prisas de Moisés están plenamente justificadas. Es hora de acelerar el paso.